Tres vidas, tres partidas; tres oportunidades de salir airoso. Tres vidas, que aunque a priori puedan no parecerlo, son totalmente distintas entre sí.
La primera, es la vida del novato, no sabes a qué o a quién te estás enfrentando. Te encuentras sin experiencia previa ante una situación desconocida con la que tal vez no sepas como lidiar. Te mueves por inercia y luchas por subsistir, tratando de abrirte paso a ciegas sin caer en tu intento de supervivencia. Es la primera vida, la primera oportunidad que te darán, y la primera oportunidad que perderás. Pero no te desanimes, todavía quedan dos.
La segunda vida; el plan B, la oportunidad de redención, de enmendar el error que te hizo fallar en la primera ocasión. Gozas de cierto bagaje, dominas los controles y empiezas a conocer la rutina de tu adversario. Empiezas a moverte por algo más que por inercia. Sigues pensando en sobrevivir, pero ahora además, te mueve un sentimiento de venganza, te empujan las ganas de vencer a quien previamente te ha vencido. Piensas que nada puede salir mal, pero te olvidas de un factor indispensable. Tal vez ya no seas un novato, pero sigues sin ser un experto. No ves más allá del punto en el que previamente caíste, ése es el objetivo que te has marcado; y ante la consecución de dicho objetivo, te relajas, siendo aquí, donde perdiendo la segunda de tus tres oportunidades, llegarás a la tercera y última de todas ellas. No pierdas la compostura, sigue quedando una.
La tercera vida puede afrontarse de dos maneras totalmente antagonistas. Hay quien piensa que, llegados a este punto, no tiene sentido seguir jugando, que en caso de fallar, tendrá que empezar de cero y que por tanto intentarlo es perder el tiempo. No piensa en la experiencia anteriormente acumulada, tampoco en el hecho de que aunque no se dé cuenta, ahora es mejor que cuando empezó. Hace mucho que dejó de ser un novato, pero ha decidido rendirse antes de intentarlo. El que decide afrontar así su tercera y última oportunidad, juega con desgana limitándose a esperar la pantalla de Game Over.
Por otro lado, están los que se aferran a la tercera vida como a un clavo ardiendo. No piensan que el plan B haya fallado, piensan en por qué lo ha hecho, y deciden ponerle solución. Cada paso cuenta, ha perdido dos vidas pero eso no significa que vaya a perder la tercera. Conoce el patrón, es consciente de sus errores y capaz de templar sus nervios ante las vicisitudes de una partida que se niega a dar por acabada. Contempla la posibilidad de fracasar por tercera y última vez, pero siendo consciente del lastre que ese pensamiento puede suponer, decide alejarlo de su mente y centrarse en lo que tiene delante. No deja que la venganza nuble sus sentidos, no se centra exclusivamente en ese enemigo que le derrotó. Llegado al punto donde cayó, ni se ablanda ni se relaja, sabe a qué se enfrenta, ya no se limita a la simple subsistencia, apunta alto, es capaz de ver más allá, y sabe que aunque pierda, no será un desertor. Ha venido a jugar, y aquí se juega hasta el final. La última vida, la última carta; el as en la manga.
Cada vida es distinta una de otra, pese a todo; todas ellas tienen algo en común: son oportunidades. Oportunidades que como todas, pasan una sola vez y que por tanto, no debes dejar escapar. Juega cada partida como si fuera la última, no mires atrás a no ser que lo hagas para no caer de nuevo en los errores del pasado, has venido a jugar y por tanto, arrasa.
grande suso, aplicandolo a nuestra real y cruda vida.
ResponderEliminarGracias poli ;) y ya sabes que por muy dura que sea, el único que pierde es el que no lo intenta :)
EliminarSí, para mí aquella tercera vida significaba la redención, la entrega, sí, esta vez era la buena, las dos veces anteriores no eran más que meros ensayos, pero ahora estoy en serio y lo voy a lograr!!! La tercera vida jamás me entristeció pensando que sería la última, que quizá no hubiera más continues, y, en el mejor de los casos, debería volver a intentarlo desde el principio, y, en el peor, por no poseer otra moneda de 5 duros, significaría el adios a mi aventura...significaba que era el momento de la verdad. Ahora o nunca.
ResponderEliminarestupenda entrada, he disfrutado con la lectura y me he sentido identificado!!
PD: sigo buscando una copia del Nier... yo te maldigo!!!
Oh, veo que piensas como yo! El gran momento de demostrar todo lo que habías aprendido en las dos vidas anteriores y el momento de poner toda la carne en el asador. Siempre he trabajado mejor bajo presión, supongo que habrá gente que al llegar a la tercera vida pierde los nervios y eso les haga perder, a mí me pasa al revés, cuando estás en el límite donde sabes que sólo hay blanco o negro, es cuando mejor actúo a sabiendas de que es mi última oportunidad de demostrar que soy el mejor.
EliminarMe alegra que haya sido de tu agrado la entrada Dani, y sobre NieR, si buscas online encontrarás a muy buen precio. No lo dudes porque es un juego que realmente merece la pena ;)
Me acaba de llegar mi copa de NieR de Amazon por 18 leuros, ya que soy del premium; a ver si empeora el tiempo el fin de semana ;) a buen seguro le daré candela, saluti!!!
EliminarUfff, enhorabuena, disfrútalo muchísimo, es un juego que bien lo merece. Yo creo que te puede encantar, eso sí, ya aviso que la primera parte puede hacerse algo pesada, pero no sufras, es un mero filtro. La recompensa viene después, ya entenderás a qué me refiero ;)
EliminarPrimero de todo, ya me las liado. Que las reflexiones son para domingos! XD
ResponderEliminarAhora dejando las bromas a un lado, te felicito de nuevo. Cada día me sorprendo mas de como eres capaz sacar esas reflexiones de cosas tan mundanas. Y lo mejor de todo es que estoy de acuerdo con la mayoría de ellas.
Cada día me gusta venir a este blog para leer esas reflexiones, me hacen ver los videojuegos de otra manera. tío te lo digo enserio, deberías extenderlas y pulirlas un poco para hacer un libro con ellas. Ya veo el titulo "Reflexiones de un jugador".
Y hablando de la reflexión, me ha encantado. He de reconocer que yo suelo ser de esos jugadores que cuando me queda una vida, lo doy por perdido :P
Como dices cada una es una oportunidad nueva, donde puedes aplicar la experiencia de la anterior. Por desgracia en la vida real no puedes hacer eso. Cada vez que "pierdes una vida", no se vuelve a reiniciar todo...
Jajajaja, lo sé, lo sé. El problema es que con la época de exámenes y ahora desde que los he terminado, llevo un descontrol considerable y tengo el blog algo más abandonado u_u Apenas tengo tiempo para jugar tampoco, así que lo que más se me van ocurriendo son reflexiones XD
EliminarMe alegra que te haya gustado la reflexión (aunque yo soy más de llamarlo desvarío XD) Ya sabes que me gusta mirar siempre las cosas desde diferente ángulos tratando de sacar algo de ellas que tal vez a simple vista sea complicado de ver. Eso sí, tendría que pulir mucho las entradas para poder recopilarlas y hacer algo decente XD
Tampoco es tan descabellado aplicarlo a la vida real si te paras a pensarlo. Si partimos de la base de que una vida sería lo mismo que una oportunidad en la vida real, ya lo tienes. Ambas pasan sólo una vez, y siempre de manera diferente. Otra cosa, es que no podamos darle al reset ;)
Absolutamente genial esta entrada-reflexión, Suso! Estoy con los compañeros de arriba, la he disfrutado y saboreado vida por vida, y como dice Sikus, estas metáforas videojueguiles podrían formar parte de un muy buen libro, ya nos dirás si te animas...
ResponderEliminarEn mi caso, esa tercera vida la afrento de diferentes maneras dependiendo del tipo de juego: hay juegos en los que estás haciendo la partida de tu vida, has estado fino, iluminado, inspirado o se te ha aparecido la Virgen, pero sea como sea, sabes bien que los astros no se alinearán dos veces seguidas a tu favor y que, si mueres, no crees que puedas volver a esquivar esa lluvia de balas continúa o volver a templar los nervios para superar esas plataformas que requieren saltos precisos, rápidos y descerebrados...en definitiva, es ahora o nunca y sólo te queda un intento desesperado.
Ahí me agarro como clavo ardiente a la última vida, me vuelvo precabido hasta el extremo, no disfruto sino que sudo y me pongo tenso por no dar un plaso en falso, me estrujo los sesos calculando posibilidades y el mejor momento para lanzar esa bomba extra o utilizar la última magia-ataque especial...y normalmente la cosa acaba como el rosario de la aurora y con la sensación que no lo he dado todo.
Pero también hay otro tipo de última vida, la de esos juegos en los que no tienes nada que perder, en los que sabes que puedes volver a intentarlo desde un punto de guardado cercano o en los que tienes dominadas el resto de fases...y ahí muchas veces sí que lo paso mejor con esa última vida: experimento y me atrevo a probar cosas y estrategias que normalmente no haría, a veces me vuelvo un kamikaze, a veces abandono esa rutina que me ha servido para explotar el juego e intento nuevas formas...el resultado a veces es el mismo, a veces mejor y otras un desastre, pero la diferencia es esa ausencia de presión.
Y bueno, me encanta el mensaje sobre la experiencia y aprovechar las oportunidades, aunque a veces una cosa sea decirlo y otra muy distinta llevarlo a la práctica sin tropezar una y otra vez contra las mismas piedras...
Un saludo!!!
Muchas gracias molsupo! Quién sabe, no es algo que descarte del todo, uno de mis propósitos personales de hace muchos años ha sido el de escribir un libro aunque fuera para leerlo únicamente yo XD Todo llegará, no acostumbro a cerrarme puertas :P
EliminarEn cuanto al tema de la entrada en sí, tienes razón que depende del juego y la situación, aunque yo por norma general, aunque sepa de un principio que es una causa perdida, termino siempre dándolo todo. Quien sabe si no sonará la flauta por casualidad :P
Con los puntos de guardado si te fijas, se ha perdido un poco esta esencia, vives más tranquilo sabiendo que, por mucho que mueras, aparecerás en un lugar cercano. Aunque bueno, los perros viejos sabemos que no siempre ha sido así. Los puntos de control y demás han cambiado bastante la manera de jugar, un día hablaré de ello también XD
Lo dicho, me alegra que te haya gustado la entrada, y aunque cueste llevarlo a la práctica en alguna que otra ocasión, no está de más intentarlo :D
Uau! Me encanta! Siempre sorprende ver cómo sacas el lado filosófico de tus ansias de jugar... Sigue así, el libro está progresando perfectamente.
ResponderEliminarOooh! Muchas gracias :) Me alegra en serio que te haya gustado. Ya te dije que me gusta mirar y valorar las cosas siempre desde distintos ángulos y puntos de vista, procurando encontrar algo que me haga comerme el tarro. Te tomo la palabra sobre lo del libro, ya te dije que podía ser el gran proyecto surrealista del verano ;)
EliminarCada día me sorprendes más. Es increíble lo que puede dar el estrés post-exámenes.
ResponderEliminarA diferencia de los que comentan que con la última vida se crecen o por lo contrario se empequeñecen, en mi caso puede ocurrir o una cosa o la otra, depende de el tipo de juego que estoy jugando, del estado físico y mental con que afronto la última vida en ese momento puntual e incluso de algún factor que no sabría bien describirte pero que tiene que ver con las sensaciones y vibraciones positivas o negativas del momento. Muchas veces, según las vibraciones, sabes que la última vida que estás apunto de afrontar, será con la que conseguirás el reto. Es como cuando jugaba de portero al fútbol sala, antes de salir al campo según las sensaciones que tenía ya sabía si haría buen partido o por lo contrario, me colarían todos los remates.
Lo importante de las tres vidas es que sabes que si fracasas con estas tres, volverás a tener otras tres más con la ventaja de lo aprendido.
Genial reflexión.
Gràcies company! Eso intento siempre, no dejar de sorprender :)
EliminarPor supuesto, como bien dices, depende mucho del estado en que te encuentres, hay días en los que estás dispuesto a todo, y días en los que apenas te ves con ánimos para afrontar nada, aunque sea algo tan simple como echar una partida. Las sensaciones sobre la situación también influyen muchísimo, es todo un tema bastante mental por así decirlo. Cuando vas con la convicción de que algo va a salir mal, por norma general termina saliendo mal y al contrario, salir con una actitud positiva (que no confiada) hace que abordes la situación de un modo distinto, tú mismo lo has ejemplificado perfectamente con tu etapa como portero de fútbol sala :)
Gracias de nuevo!