NieR (Xbox 360): Impresiones finales (II)

Tal y como ya comenté, las impresiones finales sobre NieR, iban a constar de dos partes; una primera parte que ya pudisteis leer y en la que me centré principalmente en los aspectos más técnicos del título, y esta segunda parte que os presento a continuación, en la que abordaré la faceta argumental de un juego que ha sido capaz de despertar en mí una serie de sentimientos que llevaba años sin experimentar. Así que, sin más dilaciones, quisiera hablar de NieR como experiencia más que como un juego.

Aquellos que decidáis vivir la experiencia que ofrece NieR, lo primero que veréis al darle la vuelta a la caja del mismo, será la cita "Nada es lo que parece". Frase que olvidé a los pocos minutos de leerla, pero que a cada final que desbloqueaba, retumbaba con mayor fuerza en mi cabeza. Y es que, detrás de esa historia aparentemente arquetípica que gira en torno a un padre en busca de la cura para la extraña enfermedad de su hija, hay un sinfín de pequeñas historias capaces de conmover al jugador más paciente.

Y digo paciente, puesto que hay dos partes bien diferenciadas. La primera sería el punto de partida y podría llegar a catalogarse por muchos de simple y anodina. La sensación que tienes durante las primeras 12-15 horas de juego (según la calma con la que te lo tomes), es la de no estar avanzando. Te plantean una historia a priori muy simple de la que apenas entiendes nada, y que aparentemente no arranca. Pero realmente, esta primera parte podría decirse que actúa a modo de filtro. No es más que una manera de echar para atrás al jugador indeciso. Pero en eso consiste, y es que, como suele pasar habitualmente, la paciencia tiene premio.

Llegados a la segunda parte, es cuando descubrimos que valió la pena esperar, y que NieR, es algo más que un simple juego. Será en este momento cuando la frase "Nada es lo que parece" empezará a cobrar sentido. Pero eso, prefiero que lo descubra el que decida jugarlo. Esta segunda parte, es relativamente más corta que la anterior y puede ser superada en apenas 5-7 horas la primera vez. Y digo la primera vez, puesto que hay cuatro finales distintos, que bajo mi humilde punto de vista, no es que sea aconsejable sacar, es que debería ser obligatorio; y sino, mínimo jugar una segunda partida.

Encuentro necesario recalcar ese aspecto, puesto que la primera vez que terminas NieR, lo más probable es que termines más confundido de lo que empezaste. Da la sensación de que algo falta, y es entonces cuando decides jugarlo de nuevo para resolver esas dudas. Y aquí, es donde realmente comprenderás por qué "Nada es lo que parece". Para mi gusto, la segunda partida, supone un impacto superado únicamente por el último de los cuatro finales. La segunda vuelta conmueve; y lo hace de una manera que pocas veces había visto antes en un videojuego, logrando que, en ocasiones, llegase incluso a sentirme mal por mis actos.

Sinceramente, pensé que mis impresiones "románticas" serían algo más extensas, pero después de aproximadamente 30 horas, me doy cuenta que hablar más, sería estropear una historia que bien merece la pena vivir en primera persona.

Sin duda; NieR es más, mucho más de lo que había esperado, un título argumentalmente increíble que invita a reflexionar sobre un buen número de aspectos de los que posiblemente no siempre nos damos cuenta. Ya lo veis, y sin que suene a cliché, para mí ha sido más que un juego, ha sido una experiencia que posiblemente tarde años en superarse.