Que últimamente ande falto de inspiración es algo más que evidente. Basta con echar un vistazo al número de entradas del mes de julio y compararlas con meses anteriores para darse cuenta de ello. Gran parte del problema radica en el escaso tiempo del que dispongo para jugar en estos días. Por suerte, siempre termino sacando un ratillo para dedicarle tiempo a algo que me dé un pequeño empujón inspiracional siendo este el resultado.
En esta ocasión, el empujón anteriormente citado me lo ha dado Silent Hill 2; pero más allá de hablar de la secuela de uno de los mejores títulos de terror que ha parido Konami, me gustaría hablar del género en sí de una manera, como viene siendo habitual en mí, un tanto particular.
Como todos los aquí presentes ya sabemos, el Survival Horror es un termino que empezó a utilizarse tras la aparición de Resident Evil en el año 1996, y que, lamentablemente, lleva unos años en una decadencia ocasionada, bajo mi punto de vista, por esa extraña tendencia a meter acción con calzador en títulos que no la necesitan perdiendo en gran parte esa sensación de desamparo y angustia que se hizo tan característica del género especialmente a raíz del ya citado Silent Hill.
Pero como ya he comentado al principio, no estoy escribiendo estas líneas para hablar de un título en concreto o de un género en estado de coma. No señores; lo que pretendo es darle una vuelta de tuerca al asunto e ir un paso más allá utilizando mi filosofía de andar por casa. Y es que en los últimos años, he ido observando como cambia nuestra manera de "sobrevivir al horror", siendo este precisamente el tema que me gustaría exponer hoy aquí.
Llevo veinte años jugando (unos diecisiete si hablamos de jugar sabiendo más o menos qué estás haciendo), y si algo he podido comprobar, es que la manera en que cada individuo afrontar un juego de este tipo (aunque se pueda extrapolar a otros géneros), es en muchas ocasiones un reflejo del modo en que afronta el resto de sus miedos e inquietudes. No sólo en un videojuego, sino en el resto de aspectos del entorno que le rodea.
En el fondo es una conclusión bastante evidente de la que me dí cuenta hace escasos días cuando decidí ponerme una vez más en el pellejo de James Suderland y darme una vuelta por el neblinoso pueblo de Silent Hill, sorprendiéndome a mí mismo de manera inesperada.
Debo reconocerlo; tardé años en atreverme con un Survival Horror. La primera vez que intenté terminar el primer Resident Evil, podía tirarme horas dando vueltas sobre un mismo punto sin avanzar nada en absoluto. Me daba miedo cambiar de sala pensando qué habría detrás de esa puerta chirriante y pixelada, me angustiaba no saber qué acecharía en la sala contigua, y en muchas ocasiones si salía, volvía corriendo a la "zona de confort" con el rabo entre las piernas. Pero aún así, lo intentaba. No sé si por morbo, o por puro masoquismo. Con el tiempo, terminé por acostumbrarme y convencerme a mí mismo que para hacer el idiota dando vueltas dentro de la misma sala, mejor apagaba la consola; pero como esa hubiera sido la opción fácil, me prometí terminarlo aunque fuera con pañales. Y vaya si lo hice; lo terminé y quedándome con ganas de más, me fui directo a la segunda entrega.
Con Resident Evil 2 ya conocía la mecánica, estaba, por decirlo del algún modo "curado de espanto", y pese al miedo que pasé en más de una ocasión, no fue ni de lejos lo que sentí con el primer título de la mítica saga de Capcom.
Entonces, llegaría Silent Hill dispuesto a demostrarme que aún tenía mucho que aprender a la hora de enfrentarme a mis miedos. Para mi gusto, una de las mayores bazas de Silent Hill en el momento de su salida, fue la de ponernos en el papel de alguien normal; una persona corriente que, a diferencia de los protagonistas de Resident Evil y entre muchos otros aspectos, se encontraba desarmada y desvalida ante una situación que desconoce por completo.
Para terminar Resident Evil me aferré al hecho de estar manejando a un tipo que iba armado y que tenía experiencia en el combate por mucho que al fin y al cabo fuese yo el que lo controlaba. Pero ¿en Silent Hill? En Silent Hill empezaba con un miserable cuchillo de cocina y una dichosa radio que no hacía más que agravar el estado de nerviosismo que me ocasionaba cruzar una puerta. Tampoco solucionaba nada quedarse parado en un sitio, no sólo por el hecho de estar haciendo el imbécil una vez más, sino porque ninguno de ellos transmitía tranquilidad.
Fui incapaz de terminar el primer Silent Hill en su día; me hice el propósito pero no pude hasta años más tarde cuando decidí ponerle remedio. Lo terminé y como en el caso de Resident Evil, me fui directo a la segunda parte (mi preferida sin duda alguna). Pero a diferencia de lo que me pasó con los títulos de Capcom, la segunda visita a Silent Hill fue igual o incluso peor que la primera. Me movía porque sabía que tenía que hacerlo pese a que la dichosa radio me sacaba de mis casillas.
Más adelante, empecé a caer en la cuenta de algo. Realmente no eran las imágenes desagradables o el ambiente opresivo lo que me hacía pasarlo tan mal, sino el hecho de ser yo quien tuviera que decidir qué hacer en esa situación. A esto conclusión llegué tras ver jugar a un amigo. Él estaba tenso, pero en cambio yo, me limitaba a disfrutar viendo como jugaba animándole incluso a continuar cada vez que se tiraba más tiempo del necesario en un sitio en concreto; o en otras palabras, animándole a hacer lo que yo no me atrevía. Algo de lo que era consciente única y exclusivamente cuando llegaba a casa y me ponía al mando del personaje ¡Qué fácil resulta en ocasiones ver la paja en el ojo ajeno!
La cuestión es que como dije unos párrafos más arriba, el otro día al poner Silent Hill 2 en la consola, me sorprendí a mí mismo dándome cuenta de algo. Avanzaba sin miedo entre la niebla, la radio; más que ponerme nervioso, me parecía una excelente aliada, y más allá de pensar que sólo tenía una tabla con la que golpear a enemigos deformes pensaba: "¡al menos tengo una tabla!". Estuve un buen rato jugando hasta que me cansé (desde que terminé NieR tengo un considerable vacío existencial videojuguil, soy incapaz de ponerme con un juego y terminarlo). Pero como viene siendo habitual, algo empezó a gestarse en mi retorcida y reflexiva cabeza; que me hizo visualizar perfectamente como nuestra actitud frente al miedo en general (no sólo en videojuegos) cambia con el paso de los años y los acontecimientos a los que nos vamos encarando.
Esta reciente partida a Silent Hill, me sirvió para darme cuenta de que sea cual sea el motivo, con los años aprendes que los miedos, están ahí para afrontarlos. No sirve de nada intentar darles esquinazo puesto que tarde o temprano tendrás que enfrentarte a ellos, y cuanto antes lo hagas, mejor. El miedo estanca impidiendo el avance, igual que en los Survival Horror. Hay que atreverse a salir de esa sala segura, por mucho miedo que nos dé salir de la zona de confort en la que tan a gusto estamos; tarde o temprano, nos tocará hacerlo, y si algo he aprendido, es que es preferible hacerlo por voluntad propia. Cuando llega el momento de enfrentarse a lo desconocido, hay que hacerlo dejando atrás la predisposición negativa de que la cosas puedan salir mal. Puede salir mal, por supuesto que puede hacerlo, pero no por ello debemos quedarnos dando vueltas sobre el mismo punto, porque la mayoría de las veces saldrá bien, y entonces será cuando nos arrepintamos de no haberlo hecho antes. Consiste en seguir avanzando, consiste en echarle agallas aunque cueste. Deja atrás tu zona de confort; porque más adelante habrá otra esperándote mejor que la anterior, y entonces, te darás cuenta que merece la pena atreverse a intentarlo.
Me descubro ante tu filosofía. Cuánta razón! En mi caso me sucedía lo mismo.
ResponderEliminar" Me daba miedo cambiar de sala pensando qué habría detrás de esa puerta chirriante y pixelada, me angustiaba no saber qué acecharía en la sala contigua, y en muchas ocasiones si salía, volvía corriendo a la "zona de confort" con el rabo entre las piernas. " Aunque existen muchos que niegan que un survival horror diera miedo. Claro, las encuestas aseguran que si el 50% de la población tiene almorranas, el restante por omisión, también. Así piensan esos figuras. En fin...
Pero no era eso lo que quería decir XD, sino que es verdad que con el paso de los años somos mucho más atrevidos. Es lo que tiene cuando ya has recibido unos cuantos palos, que la espalda se endurece.
pd-que vuelvan los survival horror. Sobran los survival action.
Me halagas tío. Y estoy totalmente de acuerdo contigo, los palos que vamos recibiendo, nos curten el lomo de manera que llega un momento en el que piensas ¿por qué no lanzarme? Total, el fracaso ya lo tienes asegurado si ni siquiera te atreves a intentarlo. Sabes que me gusta mucho darle al coco, pero hay momentos en los que no hay que pensar sino arrasar.
EliminarP.D. Que vuelvan por favor XD
Curioso que empezaras el post con Silent Hill 2, muchos lo consideran el mejor de la saga. Survival horror es el género favorito de una de nosotras y también empezón con Resident Evil. Ojalá podamos ver survivals adaptados a hoy día y en multijugador, ¿por qué no?
ResponderEliminarPara mí es un de los mejores títulos que ha parido el género, hay quien lo pone por debajo del primero, pero para mi gusto, es el mejor de toda la saga.
EliminarSi mal no recuerdo en Steam apareció hace poco un Survival en primera persona multijugador, es más mi compañero Dani (el del comentario de arriba) habló sobre él en Games Tribuen :)
Para multijugadores, sino lo has probado ya, yo recomiendo Obscure de PS2 que tiene un multijugador local bastante interesante :P
Estúpido Suso y su sensual manía de tocarme la fibra sensible creando un nexo entre los videojuegos y la vida.
ResponderEliminarSiendo sincero, soy una persona que no ha jugado a muchos Survival Horror. De hecho, tengo un ligero trauma con Dino Crisis (ya te contaré).BTW, tu entrada ha hecho que me piense el jugar a un juego que aparqué por miedo.
Como siempre; genial entrada, maricona. XD
Jajajaja, gracias estúpido y sensual Dumi, hago lo que puedo para tocaros un poquito la patata y que le deis vueltas al coco XD
EliminarPrueba a darle una oportunidad a ese Dino Crisis, que además de ser un juegazo excepcional, seguro que con el paso de los años te das cuenta que lo afrontas de otra manera ;)
Gracias de nuevo Dumi ;D
Muy acertada reflexión la que haces, de la cual añadiría una variante más.
ResponderEliminarEn mi caso, jugué al Silent Hill original sin ningún prejuicio y sólo con la justa información de lo que era el juego. Soy muy miedica y nunca me han gustado las películas de terror y en consecuencia tampoco los videojuegos de este tipo, pero con Silent Hill quise probarlo gracias a las grandes críticas que recibía. Empecé sin miedo pero a base de ir avanzando, y con el jodido ruido de la radio, cada vez lo pasaba más mal. Aprendí, tal cómo dices tú, que el ruido de la radio era el mejor aliado para estar alerta de la cercanía de enemigos, también que la parte jodida era cuando visitabas el universo alternativo de Silent Hill con aquel ruido metálico de los pasos tan característico. Al final me acabé el juego pero nunca más he jugado a otro Silent Hill. La verdad es que me gusto mucho pero ya tuve suficiente y no he probado ninguna entrega más de la saga.
En cambio con Resident Evil me paso una mezcla de lo que comentas tú y de lo que comento yo en el párrafo de más arriba. El primer Resident Evil que jugué fue el Code Veronica X, y al igual que el Silent Hill, empecé con ganas y sin miedo. A medida que avanzaba el juego aparecía el sentimiento de cautela y pavor que explicas tú en el artículo, pero al terminar el juego, lo disfrute tanto y me gusto tanto la historia que me dije que tenía que jugar a todos los Resident de la saga. Y así es. Menos el Resident Evil 6 y el Revelations que aún no los tengo, he jugado todos los Resident de la saga (los que componen el arco argumental principal). A medida que los iba jugando dentro el mismo juego tenía momentos de terror y otros de valentía, y eso me hacía disfrutar jugando. Ahora, por desgracia, ya no tengo el problema de pasar miedo jugando al Resident Evil por los motivos que todos sabéis, por esa deriva que a tomado la saga hacia la acción pura y dura, pero es una saga que he disfrutado mucho jugando, con Resident Evil 2 a la cabeza.
Tanto en los videojuegos como en la vida se tiene que ser valiente, pero para serlo, necesitas ese punto que te motive para serlo, no sólo como desafío, sino como objetivo y hoja de ruta.
Gran artículo ;-)
Oh! Excelente variante la que comentas! No la tuve en cuenta, pero si que es cierto que alguna vez me ha pasado algo similar. No sé si fue con Forbidden Siren o algún juego del estilo, que empiezas sin miedo pensando que lo has visto todo, y acabas con el rabo entren las piernas... Ya sé que no, pero creo que deberías probar al menos la segunda parte, a mi me encandiló, y pese a lo mal que lo pasé, me pareció un título inolvidable.
EliminarEn cuanto a Resident Evil, me pasaba un poco al revés, a medida que avanzaba e iba obteniendo nuevas armas y experiencia, me sentía más seguro. Era una sensación de "ir acostumbrandose" pero por otro lado, de saber que no estaba tan mal como al principio.
El Code Veronica es uno de mis preferidos junto al REmake y al original, al 6 tampoco he jugado, pero concuerdo contigo en el hecho de que desde que lo convirtieron en un juego de acción, perdió su esencia en gran medida.
Y efectivamente, hay que atreverse a hacer las cosas y no tener miedo a equivocarse, que al fin y al cabo el que no se equivoca es porque nunca ha hecho nada.
Gracias por comentar, un saludo!
(Punishet)Es la magia de los survival-horror, poco a poco y sin darte cuenta del todo te va adentrando en su trama,atmosfera característica y juega con tus entrañas, y la forma más fiable de lo que digo sea cierto es cuando dejas de jugar y sin comerlo ni veverlo te vienen imagenes que o bien te han calado hondo o que notas cierta sensación de angustia al recordarlas jejee.
EliminarPues no he tenido la suerte de jugar al Silen Hill ni al Resident Evil, deben de ser grandes sagas que acojonan a lo grande... a mi me acojona hasta Dracula para mega Drive!
ResponderEliminarMuy buena entrada! Lección de vida!
Oh! Dracula para Mega Drive era acojonante en el fondo, yo de pequeño lo pasé mal por su música tétrica y su (en ocasiones) nefasto control XD
EliminarResident Evil tal vez no tanto, pero Silent Hill si que da algo más de canguelo. Aunque uno con lo que lo pasé bastante mal, fue Project Zero, por el tema de los fantasmas y demás XD
Gracias por pasarte Xuxo! Me alegra que te haya gustado! Salut company!
Jajaja! Drácula de megadrive es para tener pesadillas, pero más bien por su "calidad" XD!
EliminarMuy buen articulo, aunque he de reconocer que nunca me ha pasado eso de no atreverme a cruzar una puerta. Una de 2: o tengo unos huevos como un burro (que va a ser que no) o simplemente me tomo los juegos como eso, juegos. Sin embargo esas situaciones en la vida si que las he vivido y no puedo estar mas de acuerdo en lo que dices.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Luis! Me alegro que haya sido de tu agrado. Posiblemente sea una mezcla de los dos factores que comentas, nunca se sabe, cada persona es un mundo y tiene maneras distintas de afrontar las cosas :D
EliminarLlevaba tiempo queriendo escribirte, Suso. Excelente reflexión (una vez más) en esa filosofía de vida que te estás currando aquí a base de paralelismos con los videojuegos, como siempre muy acertada, aunque mucho más fácil decirlo que juntar "los arrestos suficientes" para abandonar la seguridad del redil y adentrarse a lo desconocido.
ResponderEliminarRespecto a lo puramente "videojueguil", en mi caso tengo una relación amor-odio con el género, que antes de denominarse "survival ya lo conocia como "me voy a llevar un susto por culpa de la puta cámara que no me deja ver un zombi hasta que se columpia de los pelos de mi nariz"...algo que hizo que me perdiera el Alone in the Dark, destrozara mis nervios después del primer ataque de los perros en el Resident Evil 1.
Vamos, que a los Residents he de volver a jugar (tengo el remake pendiente en la Wii y el 2 de la GameCube) a ver si con la edad he madurado, pero siempre me ha cabreado que su truco para asustarme se basase en los juegos de cámara (los que me he pasado son el 4 y los dos spin-offs de wii, Umbrella Chronicles y Darknosequé, pero esos no cuentan).
En cambio, nunca he valorado siquiera jugar a los Silent Hill, pero porque en su día ví a un amigo jugarlos y consideré que ya me estaba agobiando bastante para querer pasarlo mal en casa...no recuerdo si también abusaban de los ángulos de la cámara, pero me parecía un terror más conseguido por transmitir gran parte de su tensión en la ambientación (niebla, oscuridad, sonido...)
Con los que también he pasado miedo en ocasiones pero sí que disfruto son con FPS como los tres primeros Doom o el Alien Trilogy (y su maldito radar-sensor de movimiento)...en estos sí que a veces cruzas una esquina o una puerta y te espera un bicho bola asqueroso o un xenomorfo que habías oido ligeramente...mucho más honesto pero igualmente asusta y más de una vez pensaba que me saldría el corazón por la boca por mucha recortada que llevase equipada.
Un saludo!!!!
Muchas gracias Molsupo, siempre es un placer ver la acogida que dais a mis reflexiones y desvaríos filosóficos de andar por casa.
EliminarSiempre cuesta desmarcarse del rebaño, es más fácil dejarse llevar que tomar la iniciativa de hacerlo, pero a su vez mucho menos gratificante.
Y en cuanto a los SH, a mi me ha pasado con la edad, el tomarlos de una manera diferente, cuando era pequeño me pasaba algo similar a lo que comentas, echarle la culpa a la cámara, nervios a flor de piel, etc. Con el paso de los años, aprendes un poco a templar los nervios y afrontarlos de manera distinta.
En cuanto a Silent Hill, te recomiendo encarecidamente que le des una oportunidad, al menos los dos primeros para mi gusto son indispensables y deberían enseñarse en el colegio XD
Alien Trilogy daba miedo, pero no por el juego en sí sino por su dificultad enfermiza XDDD
Un saludo compañero!