Destripando y limpiando un mando de MegaDrive de 3 botones

Los que me conocéis o llevais un tiempo leyéndome por aquí, sabeís que me encanta destripar aparatos y que además me considero un tipo bastante limpio (por no autodenominarme maniático). Así que aprovechando que tenía que pegarle un repaso al mando de 3 botones (y Start) de mi queridísima MegaDrive y que la entrada sobre como destripar y limpiar un mando de GameCube tuvo bastantes visitas, he decidio realizar una entrada similar a la anterior, pero esta vez centrada en el mando de la 16 bit de Sega.

 

¿Por qué el formato físico es tan especial para mí?

Motivado por la genial entrada publicada por Emilio en su blog Retroactual, he caído en la cuenta de que a lo largo de mi trayectoría por estos lares, he despotricado en incontables ocasiones sobre el formato digital pero, más allá de lo que todos sabemos, nunca me he parado a explicar de una manera más íntima mi amor a los videojuegos en formato físico. Procurando no caer en redundancias y en motivos que, creo nos afectan a todos, hoy quisiera tratar el tema con un enfoque algo personal que se aleja un poco de mis argumentos habituales y que todos los defensores del físico esgrimimos a la hora de defender un formato que, cada vez más, tiene los días contados. Por tanto, esto no pretende ser ni una entrada reivindicativa, sino una narración sobre mi trayectoria como jugador y el motivo por el cuál, el físico, será siempre mi formato predilecto. 

El logro de jugar con el ego (II)

Hace unos años, prácticamente en los inicios de este humilde blog, dediqué una entrada a mi buen amigo Sikus de Game Museum en la que hablaba un poco sobre la fiebre de los Logros/Trofeos. Repasando la entrada, considero que en ocho años, mi opinión no ha cambiado demasiado con la mayoría de las cosas que decía, pero debo reconocer que mi manera de ver este tipo de "recompensas" ha variado ligeramente. Me explico a continuación.

Resident Evil 6: impresiones finales y opinión personal

En la entrada de hoy tengo una mala y una buena noticia para vosotros. La mala es que toca hablar nuevamente sobre Resident Evil 6. La buena es que ésta sea muy probablemente la última entrada que le dedique al juego. A lo largo del siguiente post no solo me gustaría daros mis impresiones finales sobre el juego, sino explicaros el motivo por el cual, bajo mi punto de vista, además de ser un buen juego, me ha parecido un buen Resident Evil, pese a los ríos de bilis que sobre él se vertieron.