Metroid Zero Mission (GBA)

Pensar en Game Boy Advance (en el caso particular de un servidor) es pensar automáticamente en Metroid Fusion, posiblemente uno de los títulos de la portátil de 32 bits de Nintendo que más disfruté en su momento. Pese a ello, nunca llegué a disfrutar de Metroid Zero Mission en su momento, quedando como una de mis muchas cuentas pendientes, hasta hace relativamente poco. Y es que aprovechando que lo tenía cargado en la Anbernic RG350P, decidí que había llegado el momento de saldar mi deuda.

Metroid Zero Mission fue lanzado en el año 2004 a modo de "remake" del Metroid original lanzado para NES en el año 87 y nos pone en la piel de Samus en su primera misión en el planeta Zebes. Hay que tomar con pinzas lo de remake ya que no estamos ante un remake como tal. Lo que hicieron los desarrolladores digamos que fue inspirarse en ese primer Metroid para el sistema de 8 bits de Nintendo, cogiendo situaciones, enemigos y localizaciones, que dieron como resultado este magnífico Metroid Zero Mission.

Lo que tenemos entre manos es un metroidvania de los que tanto éxito han cosechado. Los que hayais jugado ya sabéis como funciona esto. Empezamos pelados y nuestra misón será ir avanzando a lo largo de los distintos escenarios que nos propone el juego a medida que vamos recogiendo mejoras para nuestro traje mientras damos buena cuenta de jefes y enemigos, para poder seguir avanzando a las zonas bloqueadas. Y así hasta que terminamos el juego. Una mecánica tan simple como efectiva, y sobretodo adictiva.

A nivel visual el juego luce espectacular. Los escenarios que recorreremos son coloridos y variados, proponiédonos una serie de entornos únicos entre ellos. El diseño de los personajes resulta soberbio, especialmente el de Samus y el de los jefes finales que, además de por su diseño, destacan por sus animaciones. Eso sin desmerecer a los enemigos normales del juego que lucen increíblemente bien y con unas animaciones también muy elaboradas. Un juego que a día de hoy se sigue viendo increíblemente bien, con algunos efectos que son capaces de sorprenderte en la actualidad, y que deja constancia de lo bien que pueden envejecer las dos dimensiones.

Y como no podía ser de otra manera, todo este despliegue gráfico, viene aderezado por una banda sonora de las que quitan el hipo. Muy superior, en mi humilde opinión, a la de Metroid Fusion y con melodías memorables que seguirás tarareando en tu cabeza una vez termines la partida.

En cuanto a jugabilidad, y como ya he comentado al principio de la entrada, estamos ante el clásico metroidvania. Empezaremos con un equipo muy básico y a medida que avancemos en el juego iremos obteniendo mejoras que nos permirtirán no solo seguir desbloqueando camino para poder avanzar, sino volver a zonas anteriores para conseguir objetos de mejora de salud o de aumento de munición. Algo muy recomenable si queremos salir airosos de los combates contra ciertos jefes finales. Jefes que por cierto, lucen realmente impresionantes.

En lo que a dificultad respecta, estamos ante un juego relativamente fácil, especialmente si lo comparamos con Metroid Fusion cuya dificultad era bastante más elevada. Para que os hagáis una idea, yo lo terminé en dificultad normal, y a excepción de alguna zona del final en la que me vi obligado a conseguir algún que otro tanque de energía adicional para ir un poco más holgado, no encontré demasiados impedimentos a la hora de superar los retos que el título propone. 

Cierto es que en algún momento llegué a desquiciarme con cierto jefe, pero como digo, la dificultad es bastante inferior a la de Metroid Fusion y los enemigos comunes que encontremos no supondrán un gran reto. Como consecuencia, nos encontramos ante un juego relativamente corto, que en dificultad estándar y dando alguna que otra vuelta extra para conseguir mejoras, se puede terminar fácilmente en unas 6 horas (sin recoger el 100% de objetos). Aunque una vez terminado siempre podremos rejugarlo en un modo de dificultad adicional que se desbloqueará al terminar el juego por primera vez.

Para ir cerrando la entrada, puedo afirmar sin miedo a equivocarme que estamos ante uno de los mejores juegos que nos ha dado la saga junto a Fusion. Un título redondo, terriblemente adictivo si te gusta este tipo de juegos, y con un apartado técnico espectacular que sigue sorprendiendo a día de hoy. Así que si sois de los que estáis esperando impacientes el recién anunciado Metroid Dread y si, como yo no, habíais tenido oportunidad de jugarlo, hacedlo sin miedo, los años no han pasado para él y sigue siendo una experiencia increíble.