lunes, 2 de enero de 2023

Balance 2022, propósitos, deseos y... feliz 2023

 Amiguitos del videojueguismo. Aunque los últimos meses el blog se ha caracterizado nuevamente por un escaso aporte de contenido, llega un nuevo año, y como no podía ser de otra, toca hacer balance, y darle la bienvenida a un 2023 que, si os tengo que ser sinceros, no tengo ni puta idea de cómo empezará en lo que a videojueguismo se refiere. Pero para saber más, os toca seguir leyendo. Así que, hechas las presentaciones, ¡empezamos!

No os voy a engañar, 2022 ha sido un año de puta locura a nivel personal. Lo puedo decir más alto pero no más claro. Acabé el año bien, y lo empecé que no sabía qué cojones hacer con mi vida. Los primeros meses no voy a decir que fueran malos (porque peor que yo no se puede ser), pero si que fueron unos meses en los que me sentí desubicado y no sabía muy bien como volver a encauzar mi situación. No entraré en detalles, pero a poco que sepáis leer entre líneas, os podréis imaginar un poco por dónde van los tiros. 

La cuestión es que, dada mi nueva situación personal, me refugié (como no podía ser de otra manera) en la maquinita. Se podría decir que de enero a mayo, quemé la consola cumpliendo uno de los propósitos que me había planteado para el 2022: adentrarme en la saga Souls. Cosa que hice con Demon's Souls, y continué con Dark Souls, Dark Souls 2 y Bloodborne que dejé a medias... básicamente porque me pilló en un momento en el que había decidido que tocaba jugar un poco más a la vida real y menos a la maquinita.

Tremendo vicio a Dark Souls pillé
 Por tanto, más allá de jugar a los Souls, se podría decir que todos los propósitos que me hice el año pasado, me los he pasado por el forro de las pelotas. He pasado otro año sin jugar a Drakengard 3 pese a tener el juego y la consola, he ignorado por completo la hoja de ruta que me planteé, he dejado a un lado la descabellada idea de comprarme una Nintendo 64, y el blog poco a poco lo he ido dejando, en esta ocasión, más por motivos laborales que por otra cosa

En cuanto a deseos, se podría decir que se han cumplido todos, e incluso más. Como decía, ha sido un año muy convulso, una locura en todos los sentidos, y un año lleno de cosas inesperadas que jamás imaginé que pasarían. De nuevo no voy a entrar en detalles porque forman parte de mi ámbito más íntimo y personal, pero se podría decir que si 2021 fue el renacer del blog, 2022 ha sido un poco el renacer de Suso. Por tanto, no me espero ni al final de la entrada para afirmar que el balance de este año, ha terminado siendo mucho más que positivo. 

Por lo demás, y de cara a este 2023, por no tener no tengo ni una hoja de ruta en lo que a videojueguismo se refiere, como si había tenido otros años. No espero con especial ilusión ningún lanzamiento, y seguramente mis compras se limiten a cosas bastante puntuales. Así que, voy a hacer una de mis cosas favoritas: improvisar. Voy a jugar a lo que me salga del ciruelo, y ya veré para 2024 en qué queda la cosa.

A nivel personal, no le puedo pedir mucho a 2023, simplemente, que si no me puede mejorar el último semestre de 2022, que al menos me lo iguale. Y con esto me despido, hamijos. No tenía pensado subir la entrada, y al final ha sido bastante breve, pero como ya que la tenía medio redactada, he dicho que "palante". 

Espero que paséis un bueno año, que se cumplan todos vuestros deseos. Sean buenos y pórtense bien, que le están viendo los Reyes Magos.

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