Medievil (PS4)

El remake de Medievil para PS4 cayó en mis manos de manera totalmente improvisada. No había jugado hasta ahora a ningún título de la franquicia, y podría decirse que, en mi afán por descubrir cosas nuevas y debido a su bajo precio, me lancé de manera impulsiva y poco meditada a comprarlo sin ni siquiera informarme con antelación de lo que el juego podía ofrecerme. Precisamente para no seais de los que compran las cosas a ciegas, en la entrada de hoy, me dispongo a contaros mi experiencia con las aventuras del, cuanto menos carismático, Sir Dan Fortesque. 

Lanzado en 2019 de manera exclusiva para PS4, desarrollado por Other Ocean Interactive y publicado por Sony Interactive Entertainment, el Medievil que tenemos entre manos no es más que una versión remozada y actualizada a los tiempos modernos del famosos Medievil aparecido en 1998 para la primera Play Station. Como he dicho al inicio de esta entrada, este ha sido mi primer Medievil, por lo que no puedo decir cuán fiel es a su versión original al no haberla jugado. Si bien es cierto que la versión original se puede desbloquear una vez terminamos el juego al 100%, no he profundizado tanto en ella como para ofrecer de una comparativa rigurosa. Por tanto, la experiencia que aquí os voy a relatar es la de alguien totalmente ajeno a la saga y cuya opinión no está, por motivos obvios, sesgada por una posible nostalgia.

El juego comienza narrándonos la leyenda del Reino de Gallowmere, es el año 1286 y el mago Zarok ha formado un ejército de zombis, demonios y otros seres de ultratumba dispuesto a conquistar el reino del que fue desterrado. Tras arduas batallas, finalmente el ejército del Rey Peregrino y el ejército de Zarok, se enfrentan en una última contienda en la que el capitán del Rey Peregrino, Sir Daniel Fortesque, derrotaría finalmente a Zarok muriendo como un héroe por las heridas ocasionados durante el enfrentamiento. Esto es lo que cuenta la leyenda, pero nada más comenzar veremos que, en muchas ocasiones, la ficción supera la realidad y que nuestro amigo Fortesque tenía más de patán que de héroe. Pero la vida siempre nos da una segunda oportunidad, y es que cien años más tarde, el malvado Zarok regresa invocando nuevamente a las fuerzas del mal y resucitando a todos los cadáveres de Gallowmere entre los que se encuentra, el de nuestro difunto capitán, que tendrá la ocasión, esta vez sí, de dejar de ser un patán para convertirse en el héroe que contaba su leyenda. 

Bajo esta sencilla premisa de salvar al reino de Gallowmere, Medievil nos ofrece una historia narrada mediante secuencias de vídeo y libros repartidos por los escenarios, que sin grandes pretensiones, sirve como hilo conductor a través de los 22 niveles que ofrece el juego, resultando muy simpática, divertida, y con algunos toques de humor patrocinados por nuestro torpe protagonista, que realmente pueden llegar a sacarte más de una sonrisa. Porque realmente si tuviera que describir a Medievil en pocas palabras, diría que es un juego simpático, o al menos esa es la sensación que he tenido durante toda la aventura.

Técnicamente, este remake de Medievil cumple bastante bien aunque no está exento de fallos, algunos más graves que otros pero ninguno realmente preocupante. Empezando por el apartado gráfico, podríamos decir que estamos ante algo similar a lo visto en otras remasterizaciones como la trilogía de Spyro o de Crash Bandicoot. Un lavado de cara para adaptarlo a los tiempos modernos que si bien luce realmente bonito, en ocasiones presenta algún retraso a la hora de cargar las texturas, y en momento puntuales pega algún que otro tironcillo. Como digo, realmente nada grave al ser cosas bastante puntuales pero en parte sorprendente si tenemos en cuenta que juegos más potentes a nivel gráfico, no presentan problemas de ese tipo. Más a allá de eso, el aspecto en general de todos los niveles que visitaremos se nota cuidado tanto a nivel visual como de diseño, y resulta soprendente la variedad de parajes que visitaremos así como el diseño de algunos de los niveles. A nivel sonoro, Medievil cuenta con una banda sonora que me ha parecido ESPECTACULAR, y un doblaje al castellano sublime que ofrece momentos realmente divertidos.

Como ya he comentado, Medievil está divido en 22 niveles de lo más originales que se caracterizan por compartir esa estética medieval oscura que envuelve todo el juego y que va acompañada de ese toque de humor característico que comentaba unas líneas atrás. El juego empieza en la cripta del propio Dan que nos servirá de introducción a los controles y a las mecánicas básicas, a partir de ahí y con todo lo aprendido, deberemos abrirnos paso hasta la guarida de Zarok, visitando cada uno de los emplazamientos, mientras resolvemos sus misterios y derrotamos una amplia variedad de enemigos y algún que otro jefe. Los niveles que no son ni demasiado largos ni demasiado difíciles. Además a medida que vayamos consiguiendo nuevo equipamiento, veremos como el avance resulta cada vez más sencillo, siendo quizá los primeros compases del juego los que más complicados pueden parecer. Para hacer frente a las huestes de Zarok, contamos con un buen arsenal que va desde cosas más clásicas como espadas, arcos o escudos, a otras armas más descabelladas e inusuales como nuestro propio brazo o muslos de pollo.  

Obviamente, los enemigos serán solo uno de escollos que nos encontraremos a lo largo del juego. En nuestro camino encontraremos secciones de plataformeo bastante sencillitas, y lo que para mí son los protagonistas indiscutibles del juego: los puzzles. Realmente no es que estos puzzles presenten un reto considerable, pero si que resultan originales y, en cierto modo, recuerdan mucho al tipo de puzzles que se estilaban a finales de los 90, y que te obligaban a recorrer el escenario buscando las piezas que más tarde necesitarías para completar el nivel, habiendo incluso elementos que tendremos que conseguir en un nivel para utilizar en otro. 

En lo que respecta al control de nuestro esquelético capitán, puedo llegar a entender las críticas que sobre él se han vertido, aunque tampoco me ha parecido tan grave como me lo habían pintado. Los controles en realidad no tienen misterio alguno, pero si que es cierto que conservan ese aire añejo de los juegos de la época que puede chocarle a los que hayan perdido el buen hábito de revisitar viejos clásicos. Acostumbrado a juegos más modernos es cierto que se pueden sentir toscos y en ocasiones poco precisos, pero es algo a lo que uno se acostumbra rapidamente (menos a los saltos con el R1 que me costó muchísimo pillarles el truco). Realmente no puedo decir que haya muerto en ningún momento por culpa del control, aunque lamentablemente no puedo decir lo mismo de unas cámaras que sí me han costado empezar nuevamente más de un nivel. Y esta es la probablemente la pega más grande que le saco a este Medievil, las cámaras. Fue lo primero por lo que rechisté y posiblemente el mayor defecto del juego. Tenemos una cámara que nos deja colgados en los peores momentos y que en alguno ocasión me ha obligado a repetir secciones enteras por quedarse encallada en el sitio más inoportuno. Pese a todo, si somos capaces de pasar por alto que las cámaras nos jugarán más de una mala pasada, la experiencia resulta muy divertida.

En cuanto a duración, todo dependerá de nuestro espíritu completista, si vamos a tiro hecho, pasando como las maletas por el aeropuerto, calculo que tenemos por delante unas 10-15 horas de juego, que pueden llegar a las 20-25 en caso de que queramos destripar todos sus secretos y completar el juego al 100%. Además, en caso de que decidamos escudriñar cada unos de sus rincones, podremos jugar a la versión original del primer Medievil, que desbloquearemos como extra.

A modo de conclusión, debo reconocer que no esperaba absolutamente nada de Medievil, y no solo me lo ha hecho pasar bien, sino que ha logrado sorprenderme. La variedad de escenarios y enemigos, el diseño de sus niveles, lo bonito de muchos de sus escenarios, y el carimas de su protagonista, han compensado -para mí- los fallos presentes en el título, aunque éstos no estén justificados a estas alturas. Sin duda, una experiencia que me ha dejado buen sabor de boca, y una manera de cambiar un poco de aires saliéndome de lo que suelo jugar habitualmente para descubrir nuevas experiencias.

Dedicada al amigo Arald de "Save Game?" que dio por culo hasta sangrar para que publicase la entrada