Chascos y decepciones (II): Far Cry 2

Mucho tiempo ha pasado desde aquella primera y única entrega de Chascos y decepciones, en la que hablé un poco sobre el famoso Shadow of the Colossus para PS2 y del chasco que me supuso como jugador. En esta ocasión y siguiendo un poco el mismo formato, daré el salto a la actual generación para hablaros del penúltimo juego que compré el día de salida: Far Cry 2.

Antes de empezar, veo necesario hacer un par de aclaraciones. La primera de ellas es que, junto al famoso Duke Nukem 3D, el primer Far Cry es uno de los juegos de disparos en primera persona que más he disfrutado en mi vida como jugador. La segunda, es que la experiencia me dice que hay dos maneras de ver Far Cry 2, que dependen básicamente  de si jugaste o no al primero. Por norma general, aquel que no probó el primero, disfruto con el segundo (usuario en mayor medida que, por lo que he podido apreciar, ha sido el único shooter al que ha jugado aparte de la saga CoD, y que define a Far Cry 2 diciendo: "es como Call of Duty pero en la selva". Por supuesto SIEMPRE hay excepciones y no son todos así). Por otro lado, están aquellos, que como yo, jugaron a la primera entrega, y vieron que Far Cry 2 no era más que la mitad de un trozo de mierda.

Una vez aclarado esto, me gustaría explicaros un poco mi historia personal con el título de Ubisoft, siendo consciente que pese a que las comparaciones son odiosas, van a resultar inevitables.

El día que anunciaron Far Cry 2, poco me falto para dar palmas con las orejas. La primera entrega - de la que tenía pensado hablar antes de esta y al final como siempre he terminado haciendo lo que me ha dado la gana- fue sin duda uno de esos juegos que marcarían un punto de inflexión revolucionando el FPS, que hasta el momento se había catalogado por sus detractores como un genero pasillero y generalmente lineal.

Far Cry nos plantaba en medio de una isla paradisíaca infestada de enemigos, con una libertad de acción, que sin llegar a la ofrecida por títulos actuales, no se había visto antes en un juego del género. Pero no quisiera extenderme con Far Cry, del que hablaré en otra ocasión, puesto que hoy he venido a hablar de su decepcionante secuela.

Captura nostálgica del primer Far Cry

Como iba diciendo, el anuncio de la segunda entrega fue para mí motivo de enorme alegría. Seguí de cerca todas las noticias referentes al juego, y cuando anunciaron la edición coleccionista, fui corriendo a reservarla asegurando así su compra. Cerca de 80 euros por una edición presentada en una ostentosa caja de madera, que incluía si mal no recuerdo, un libro de arte, un DVD con el making off y un mapa del escenario en el que transcurría la acción. Dado que mi condición de estudiante no me permitía desembolsar semejante cantidad de dinero, lo pedí como un regalo de cumpleaños, que estuvo esperando en un armario durante más de un mes y medio a ser estrenado.

Ah sí! También llevaba una camiseta.

Pasada la larga espera y con las expectativas por las nubes, puse el juego en la consola pensando en el vicio desmesurado que me iba a proporcionar el tan ansiado Far Cry 2. Nada más lejos de la realidad.

Far Cry 2 cambiaba la isla por la sabana africana, situándonos en medio de un conflicto que nada tenía que ver con aquel argumento que giraba en torno a extraños experimentos, en pos de una historia más realista y carente de fantasía. Para más inri, mandaron a Jack Carver de vacaciones al Caribe y nos dieron a elegir entre una serie de mercenarios planos y sin carisma que no hacían más que empeorar las cosas.

Pero más allá de tener una historia poco original y sin ningún tipo de gancho, el problema de Far Cry 2, radicaba como no podía ser de otro modo, en su apartado jugable.

Si bien es cierto, la libertad de acción era mayor que en la primera parte, el juego pecaba de lineal, tedioso y repetitivo. La mayoría de misiones consistían en ir del punto "A" al punto "B", cargarte al objetivo y todo lo que se te pusiera delante, cobrar tu recompensa y volver a empezar. ¿De qué me sirve un mapeado de semejante tamaño si al final me limito a hacer siempre lo mismo? Mapeado que por cierto, suponía un castigo divino recorrer, no solo por su extensión (creo recordar que eran 50 Km²) y el manejo engorroso de unos vehículos que por tu bien mas te valía no estropear; sino por una serie de incansables enemigos que, haciendo gala de un molesto sistema de respawn, aparte de no acabarse nunca, tenían una puntería enfermiza que unida la vista más digna de un halcón que de una persona, no dudaban en acribillarte antes de que tuvieras siquiera tiempo de desenfundar un rifle que te dejaría colgado en el momento más inoportuno, ya fuese encasquillándose o explotando en tus narices.

Acabé de mirar el mapa buscando diamantes hasta la coronilla...

Pero no todo en Far Cry 2 era malo. Hay que reconocer que pese a todo, se trataba de un título gráficamente espectacular, que hacía gala de unos efectos tan logrados como el del famoso fuego al que tanto bombo se dio. Un fuego, que si bien podía parecer útil en situaciones comprometidas, terminaba resultando un arma de doble filo por el mero hecho de que todo a tu alrededor era proclive a arder de manera descontrolada encontrándote la mayoría de las veces dentro del infierno que tú mismo habías creado, con tan mala pata de que no solo te rodeaban las llamas; también lo hacían una serie de enemigos que en vez de estar ardiendo como deberían, se dedicaban a dispararte para no alargar tu agonía conscientes del dolor que supone morir abrasado...

Pero como siempre, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Far Cry 2 vendió humo (y nunca mejor dicho), porque por muy bonito o impresionante que resultase a nivel visual, tal y como he dicho antes, su desarrollo era lento y aburrido como pocos.

En pocas horas, el juego terminó criando polvo en la estantería, mientras me planteaba la opción de prenderle fuego a la caja poniendo a prueba su capacidad de ignición.

Far Cry 2 no era digno de llevar el nombre de Far Cry porque no lo era. Lo más parecido a una segunda parte que tuvo el título original de Cryteck, para mí fue Crysis y no la  porquería que Ubisoft intentó vendernos como juego más aburrido del año.

¿Os habéis dado cuenta no? Odio a Far Cry 2, no sólo por la decepción que me supuso como fan de la saga, lo odio como víctima de un hype al que se recurre cada vez más y en el que me alegro de no haber vuelto a caer  desde entonces.

¿Parece divertido verdad? Pues no lo es...

En definitiva, si tenéis problemas para conciliar el sueño, es un somnífero cojonudo. Con un poco de paciencia, aguantaréis hasta conseguir el lanzallamas; después de prenderle fuego a tu alrededor y disfrutar del fuego consumiendo el escenario, dudo que tengáis ganas de seguir jugando. Si queréis Far Cry, id de cabeza al original que apareció en PC - que no debe confundirse con el Instincts del que hablé hace tiempo - y por vuestro bien, mantened la distancia con el segundo.