Bayonetta (Xbox 360): Impresiones finales

Tenía que llegar el día. Dicen que todo lo bueno se acaba; lamentablemente, Bayonetta no podía ser menos y ayer lo terminé por primera vez. Sí, digo por primera vez, porque Bayonetta no se convertirá en uno de esos juegos destinados a criar polvo adornando mi estantería. No, Bayonetta es un juego que pienso rejugar por los siglos de los siglos, amén.

Cuando publiqué mis primeras impresiones un par de semanas atrás, pudisteis observar que el juego me había cautivado de una manera extraordinaria. Dos semanas más tarde, puedo decir que  la emoción y el entusiasmo iniciales no han decaído en ningún momento durante la aventura. Si duda, puedo asegurar a los aquí presente, que se trata de uno de los mejores juegos de la actual generación de consolas que he tenido el placer de disfrutar. Veamos los motivos.

Tal y como dije en su momento, Bayonetta llegó a mis manos de pura casualidad, había escuchado mucho sobre él, los conocedores de afición por los hack'n slash me lo habían recomendado en innumerables ocasiones, y según tenía entendido, era uno de esos juegos que merecían al menos ser probados. Pese a todo, nunca me animaba a comprarlo hasta que dí con el por quince míseros euros.

Como muchos ya sabréis, Bayonetta  es un videojuego de acción creado por Hideki Kamiya (Devil May Cry y Okami), desarrollado por Platinum Games y publicado por Sega, lanzado en Japón en octubre de 2009, y en enero de 2010 en Europa y USA.

La trama del juego transcurre en Vigrid, una ciudad ficticia de Europa donde tiempo atrás, los sabios del Lumen y las brujas de Umbra, vivían en armonía. Todo estaba en un perfecto equilibrio, hasta que se desató el odio entre ambos clanes, provocando una sangrienta guerra que acabaría con todas las brujas a excepción de Bayonetta, que despierta tras 500 años de letargo encontrándose en una lugar  desconocido y sin recuerdo alguno de su pasado. A medida que avancemos y mediante una serie de secuencias de vídeo que servirán para despejar nuestras dudas, iremos desgranando el interesante argumento que nos plantea el juego a lo largo de 16 niveles repletos de ángeles y otras criaturas "celestiales".

Bayonetta es un juego sobervio a nivel técnico con un diseño y un estilo propio muy marcados  que me fascinaron desde el primer momento.

Los modelados y las texturas son extraordinarios, los escenarios, coloridos y variados, están cuidados al detalle, y pese a la cantidad de efectos que veremos en pantalla, el juego seguirá corriendo de manera suave y fluida (al menos la versión de Xbox 360 que es la que yo tengo y he jugado).

Mención especial a las batallas contra los jefes finales que gozan de un tamaño sobrecogedor y un diseño espectacular.

No puedo decir menos del increíble apartado sonoro que cuenta con una de las mejores bandas sonoras que he escuchado en un videojuego y que me conquistó a partir del momento en que me pusieron a matar ángeles con el "Fly me to the Moon" de fondo.

Pero sin duda el punto fuerte, radica en el apartado jugable. Bastan únicamente unos minutos para darse cuenta de que Bayonetta no pelea, baila. Y lo hace de una manera tan elegante y sensual como violenta y destructiva. Ya lo dije en su día y lo vuelvo a repetir, Bayonetta reúne en un único personaje dos características tan opuestas como son la brutalidad y la sofisticación. 

El sistema de control es sin duda uno de los mejores que he tenido el placer de probar en un juego de este género. Para resolver las batallas podemos equipar un máximo (una en manos y otra en pies) de dos armas que combinadas entre ellas, dan como resultado distintos combos y estilos de pelea. Podemos hacer dos combinaciones distintas y alternarlas en medio de la batalla apretando el gatillo izquierdo. Por poner un ejemplo: 

• Combinación A: látigo (manos), pistolas (pies)
• Combinación B: Katana (manos), garras (pies)

Lo anterior es solo un ejemplo de combinación realizable con algunas de las varias armas que el juego nos ofrece. Además de nuestras propias armas, podremos recoger las armas que suelte los enemigos caídos y utilizarlas para acabar con el resto.

Manejar al personaje es sencillo y bastante intuitivo, el stick izquiero como no podía ser de otra manera, se encarga del movimiento, con el derecho manejaremos la cámara. El gatillo izquierdo permite cambiar rápidamente entre las combinaciones de armas que hayamos realizado, saltaremos con A y dispararemos con X, mientras que los botones Y/B serán los encargados de realizar los ataques cuerpo a cuerpo. Y para la parte superior, B para la parte inferior. El botón RB se utiliza para fijar el objetivo y el LB para provocar. En la cruceta podremos asignar objetos, de manera que no tendremos que interrumpir la acción yendo al menú en caso de que necesitemos curarnos o rellenar nuestra barra magia por poner algunos ejemplos.

Lógicamente, esos son los controles básicos del juego, y deberemos aprender a combinarlos de la manera adecuada con tal de hacer mejores combos que nos llevarán a conseguir puntuaciones mayores. El personaje responde perfectamente a nuestras ordenes y en ningún momento nos dejará tirados. Si mueres es única y exclusivamente por tu culpa (bueno y en alguna ocasión por culpa de la cámara, todo sea dicho)

La mecánica es sencilla pero extremadamente adictiva. A muy grandes rasgos el desarrollo consiste en avanzar por el escenario limpiando de enemigos cada nueva zona que encontremos. Una vez hayamos terminado con todos, el camino se desbloqueará permitiéndonos continuar. Aún así, no os dejéis engañar pensando que se trata del planteamiento típico de un juego del género. El trabajo realizado en este aspecto es excepcional y han sabido darle la variedad necesaria a cada situación para no caer en la repetitividad.

Cada batalla termina con una evaluación de nuestra actuación, premiándonos según el tiempo empleado, el daño recibido y el número de combos realizados.

A nuestra disposición tendremos una serie de objetos que potenciarán el daño, nos harán inmunes durante un tiempo, o recuperarán parte de la barra de salud/magia. Además de ser bastante escasos, su uso está penalizado restando puntos de estilo al final de cada batalla.

Con lo que obtengamos de las batallas iremos consiguiendo nuevas armas y objetos (algunos de ellos realmente caros) que añadirán todavía más variedad.

En cuanto a su duración, como siempre, dependerá de nuestra habilidad y el nivel de dificultad. Yo lo he terminado en modo normal (el máximo que permite el juego de un principio) y me ha llevado unas 12 horas aproximadamente, la curva de dificultad está bien ajustada, y me ha parecido un juego bastante asequible en este aspecto. Lógicamente, si eres un purista del género y quieres obtener la máxima puntuación en todos los eventos, la cosas se complica y el juego puede llevarte unas cuantas horas más. Además, es un título que invita a ser rejugado no sólo por la diversión que ofrece sino por el hecho de que es prácticamente imposible conseguirlo todo en la primera partida.

Y hasta aquí es lo que os voy a contar, no era mi intención hacer una entrada estilo análisis, primero porque no me gusta,  segundo porque análisis de ese estilo los tenéis a patadas por internet, y tercero, porque por más que os cuente, si no lo probáis no sabréis de que estoy hablando y puede dar la sensación de que se trata simplemente de un hack'n slash algo más original que el resto cuando no es así.

Entonces, ¿qué tiene Bayonetta para que me resulte tan especial? Además de un estilo hortera único en su especie, un enorme número de guiños a juegos de Sega y Capcom que cualquiera que haya jugado reconocerá al instante, de los personajes secundarios con un estilo macarra pero entrañables al mismo tiempo y de su variedad y de su acción frenética; tiene un personaje principal que derrocha carisma por los cuatro costados. Bayonetta empieza seduciendote por su trasero y acaba enamorándote por su carácter. Esto dolerá a más de uno, pero Dante de Devil May Cry tiene menos sustancia que el caldo de un asilo al lado de Bayonetta. Y el que me diga que probó Bayonetta y le pareció un clon cutre de DMC, es porque lo jugó 5 minutos.

Sus momentos absurdos y surrealistas me sacaron más de una carcajada, cuando pensé que ya nada en el juego volvería a sorprenderme, me pegaba un taconazo en la boca a la vez que me decía "deja de pensar y sigue disfrutando cojones! Esto es sólo el principio" Desde que viese los primeros halos que soltaban los enemigos (guiño a los anillos de Sonic) hasta el final del juego, no he dejado de babear con todo lo mostrado a lo largo de la aventura.

A pesar de todo, entiendo que se trata de un humor y un estilo muy especial que posiblemente no sea del agrado de algunos usuarios.

En definitiva, por más que os diga, me siento incapaz de describir las sensaciones que he tenido con Bayonetta, primero porque nada de lo que cuente le hará justicia, y segundo porque ir más allá, sería destripar el juego además de que no acabaría nunca.

Tanto si eres amante del género (en ese caso no hagas la estupidez que hice yo de dejarlo pasar tanto tiempo y juégalo ¡YA!) como si no, deberías darle una oportunidad (más allá de la primera pantalla, ejem, ejem).

En definitiva, una grata sorpresa que me alegro de haber descubierto y que ha servido para demostrarme que, aunque cada vez sean menos, todavía quedan buenas ideas en este mundillo.