Si nos remitimos la entrada que realicé a finales del año pasado haciendo balance de 2021 y presentando los propósitos para 2022, seguramente recordéis que, entre aquellos propósitos; figuraba el de adentrar mi prieto culito en el mundo de los Souls. Como bien sabréis, Suso cumple con su palabra aunque le perjudique, así que nada más terminar Horizon Forbidden West, y procurando olvidar que no existe el modo pausa en los Souls, decidí adentrarme de lleno en este curioso mundo que tantos adeptos ha cosechado en los últimos años. Tanto es así, que decidí empezar por el principio, es decir, por el Demon's Souls de PS3. Así que, si queréis saber como llegué a la conclusión de que lo mejor era empezar por el principio y qué me está pareciendo Demon's Souls hasta el momento, os animo a que sigáis leyendo.
El año pasado, allá por mediados de julio, y tras haber terminado Resident Evil Village, me dio como un venazo, y atraído por el diseño de Bloodborne, decidí darle una oportunidad pese a los llantos que leía por ahí de que era un juego harto difícil. Al poco de pillarlo, y tras hablar con el "hamijo" Spi, éste me recomendó que si quería inicarme en los Souls, lo más indicado era que empezase por el primer Dark Souls. La cuestión es que me dio por mirar qué costaba el Dark Souls Remastered de PS4, y descubrí que había un pack con toda la trilogía. Sin pensarlo demasiado, y con el pálpito de que una saga con tantas referencias a Berserk me la iba a poner como la pata de un perro envenenado, me tiré de cabeza a la piscina. Todo esto, sin haber probado ni tan siquiera Bloodborne. Porque sí, porque así soy, y porque quien no arriesga no gana.
Fueron pasando los meses y no os voy a engañar, tenía muchas ganas de empezar con mi primer Souls, pero la ausencia de un modo pausa que me permitiese cambiarle el agua al canario en caso de necesidad, fue el motivo principal por el que fui postergando el momento de empezar. Fue gracias a esta tardanza, que me acordé que antes de Dark Souls, hubo algo llamado Demon's Souls, por lo que ya puestos, si empezaba, que fuese por el principio de los tiempos. Así que aprovechando que el pasado septiembre me compré una PS3 para jugar a Drakengard 3 (el cual todavía no he empezado), decidí buscarme un Demon's Souls y me prometí a mí mismo que nada más terminar con Horizon Forbidden West, le daría mambo violento si temer a la ausencia del modo pausa. La historia para hacerme con una copia de Demon's Souls tiene bastante miga también, pero esa quizá la deje para las impresiones finales sobre el juego, o puede que le dedique una entrada de miserias videojueguiles; de momento es algo que está por ver. Por ahora, me voy a ir centrando para empezar a hablar del juego en sí, porque de lo contrario, sospecho que la extensión de la presente entrada se me va a ir de las manos (como acostumbra a pasarme).
En Demon's Souls te esperan grandes comités de bienvenida |
Tras una secuencia introductoria que no puedo evitar ver cada vez que inicio la partida y que nos deja clara la hostilidad del mundo en el que estamos a punto de adentrarnos, se nos da la opción de elegir la clase con la que iniciar nuestro periplo. En mi caso, de entre todas las clases, la escogida fue la del soldado. El "hamijo" Arald me había recomendado usar magos para facilitarme la misión que tenía por delante, pero hice caso omiso. Ya no tengo edad para la magia, y me gustan los guerreros con escudo y armadura. Además el soldado cuenta con una lanza con la que enrabar fácilmente a los enemigos desde una distancia prudencial que está haciendo que mi primera vez, sin ser un paseo, resulte bastante llevadera (aunque en el momento de publicar esta entrada la lanza ha pasado a mejor vida siendo sustituida por un espadón, que era lo que yo quería).
Tras un breve tutorial que te explica los controles del
señor que vas a controlar mientras dure la aventura, llegas a un sitio que se
llama el Nexo, lugar lleno de gente cabizbaja y, en algunos caso, malhumorada,
que recuerda un poco al metro a primera hora de la mañana de un lunes. No
obstante y pese a esa sensación poco amigable, hubo algo en el Nexo que me
trasnmitió cierta calma (más tarde descubrí que esa calma era la imposibilidad
de que alguien te hiciera trizas el culo).
Más tarde descubrí que el Nexo (como su propio nombre indica), no es más que un punto de encuentro y descanso donde viajar a cada uno de los cinco mundos que componen el juego, mejorar nuestras armas y estadísticas y cosas que seguro no he llegado a descubrir.
El Nexo, lugar de descanso y de inquietantes individuos |
Se ha hablado mucho de lo "desastroso" a nivel técnico del Demon's Souls original (recordad que estoy jugando a la versión de PS3 y no al remake de PS5). Entre todas las pegas que había leído, destacaban dos: las caídas de frames y los tiempos de carga. Bien, hay caídas de frames, es evidente que las hay. Pero ni el juego rasca continuamente como dicen algunos, ni rinde tan mal como me habían hecho creer. Sinceramente, o la gente está muy mal acostumbrada, o a mi estas cosas cada día me molestan menos. Es cierto que en ocasiones rasca, pero me lo habían pintado como un desastre injugable y no me ha parecido ni de lejos tan espantoso.
En cuanto a los tiempos de carga, nuevamente me da la sensación de que se ha exagerado hasta límites insospechados. Sí, hay tiempos de carga, pero tampoco me parecen ni tan molestos ni tan excesivos como me habían comentado. Es más, no creo que lleguen ni al minuto.
Por lo demás, gráficamente el juego me está pareciendo más que correcto, con unos modelados y unas animaciones que, para mi gusto, se siguen viendo bastante bien. Pero si en algo destaca por encima del resto, es en un apartado artístico que me tiene a todas luces cautivado. Escenarios oscuros, laberínticos, decadentes y en ocasiones incluso ligeramente terroríficos. La mayoría de sitios en Demon's Souls dan una sensación absoluta de desasosiego, y eso es algo que, a mi personalmente, me tiene cautivado.
No sé si es por el silencio que reina en prácticamente todo momento, interrumpido únicamente por los gritos y gemidos de los enemigos; o por el desamparo que presentan los escenarios que he podido vistar hasta el momento, pero dentro de toda esa tensión que el juego trasmite, he logrado encontrar una extraña sensación de calma que me atrapa y me vacía el cerebro, consiguiendo que, durante el rato que estoy jugando sea incapaz de pensar en otra cosa.
Realmente, tenía el pálpito de que el juego tenía todas las papeletas para gustarme, pero lo que no imaginé es que pudiera llegar a gustarme como lo está haciendo. La sensación de tener que descubrirlo todo por uno mismo sin que nadie te explique nada ni te dé una miserbale pista, el meterse en la niebla sin saber qué coño habrá al otro lado esperando para matarte, conseguir un objeto, un arma o una armadura nueva, o la satisfacción de vencer a un demonio al final de una zona con el pulso acelerado y las manos temblorosas, son sensaciones que llevaba bastante tiempo sin sentir y que, sinceramente, agradezco. Y supongo que es por ello que esta fórmula ha ido ganando adeptos con cada nueva entrega, porque al final, por más veces que mueras, termina siendo vicioso, y aunque el juego castiga tus errores, también puedes enmendarlos, a base de persevarancia.
Pero ya está bien de ponerse intensito (me lo vais a permitir porque llevaba tiempo sin hacerlo) y hablar de la única pega real que le he sacado hasta el momento: la ausencia una pantalla de pausa. Es cierto que no es tan jodido como me esperaba. Quiero decir, hay puntos en los que puedes dejar parado al personaje sin miedo a que venga un enemigo rezagado a dejarte el culete cual bebedero de patos. Por tanto, si bien la pantalla de pausa es inexistente, es algo que se sobrelleva... menos cuando te toca luchar contra un jefe. Los jefes a los que me he enfrentado hasta el momento han sido cinco o seis y no me han dado mucha guerra (bueno, el acechador en llamas que me pillo con ganas de mear sí me la dio), realmente me da la sensación de que es más difícil llegar a ellos que derrotarlos, pero aún así, en la vida real aparecen imprevistos, y sigo pensando que poder parar la acción en mitad de una batalla sería de gran utilidad. No obstante, es su cultura, y hay que respetarla. Pero insisto, sigo echando de menos una pantalla de pausa que no consista en salir al menú de la consola cada vez que surge un imprevisto.
Todo muy equilibrado |
En definitiva y para ir cerrando -porque como he dicho podría tirarme horas hablando sobre el juego- en apenas veinte horas, Demon's Souls ha logrado cautivarme por completo haciendo que de lo único de lo que me arrepiento, es el no haberlo jugado antes.
¡Tremendas impresiones y tremendo espadón el que vas arrastrandor por los suelos de Boletaria! ¿Qué decir que no hayamos comentado ya hasta la saciedad durante nuestras aventuras extramatrimoniales de cubata y paja en fin de semana? He de confesar que, además del vicio insano que estoy llevando yo estos días a Souls y derivados, también resulta adictivo conocer las miserias de alguien que se está iniciando con estos juegos.
ResponderEliminarAsí que nada, espero seguir oyendo tus relatos y aventuras, pues cada vez me estás convenciendo más que rejuegue Demon's con una clase cuerpo a cuerpo, y espero que pronto me digas que has empezado el putísimo Dark Souls. Por cierto, yo no te dije que jugaras mago, te dije que el mago en Demon's Souls es el que más folla del pueblo, ade ahí ya cada uno lo que entienda XD
¡Un saludo y muy buena entrada Susete!
¿Tu quieres ver mi espadón, pirata? XD espadones y tulas a parte, como bien dices, poco más se puede decir que no hayamos comentado ya tula en mano. La verdad que cuando puse el juego en la consola por primera vez no pensé que fuese a darme para tanta miseria (porque el post lo recorté para no hacerlo infumbale) y creo que al final parte de la gracia de estos juegos es compartir esas mismas miserias con los demás.
EliminarNo sufras que vendrán más relatos (con todos pendientes tu dirás XD) y es posible que le dedique una entrada exclusivamente a las miserias que he vivido, que no son pocas.
Yo de verdad que te animo a que pruebes a jugar con una clase a melee, ya te digo que por lo que me has ido contando del mago, deben ser manera muy distintas de afrontarlo.
Dark Souls lo empezaré próximamente, seguramente después de este meta algo cortito para desengrasar (en plan sorbete en las bodas) y luego ya vaya con todo.
Y sobre el mago, yo pensaba que me lo habías recomendado. A mi edad tengo lagunas de memoria, es algo que debes entender.
En fin, muchas gracias por pasar y besis de fresi.
¡Bieeeeen! unas impresiones que son unas impresiones xDDD
ResponderEliminarPor lo demás, me alegra que te molase el juego y que te mantuviera tan enganchado, cosa que a mi no ha conseguido darme y eso que lo he intentando empezar como cuatrocientas veces. Por lo demás deseando ver esas impresiones finales mixeadas con tus miserias personales.
Un besito Suso.
Me alegro que esta vez las veas como tal, mi quisquilloso Spiegel xD
EliminarAhora que estoy jugando a Dark Souls, puedo entenderte en cierta medida. Es más primitivo en algunos aspectos, y si vienes de los anteriores, debes notarlo mucho. De todos modos, te animo que le des una oportunidad, tiene jefes muy muy buenos, y no es demasiado difícil. La ausencia de hogueras se compensa con que los niveles son más pequeños, y en cuanto abres los atajos casi que es un camino recto hacia el jefe.
Ojalá te animes con él porque ya te digo que está muy bien :) Gracias mil por pasarte, Spi. Besis de fresi