Y tú ¿te lo imaginabas así?

Quien más quien menos,se ha planteado en algún momento de su vida como serían las cosas en un futuro no muy lejano.

Una frase muy típica de mi infancia era: "Si esto es así ahora, ¿como será en el futuro?". 

El primer videojuego que toqué fue Space Invaders. Lo hice en el que por aquel entonces era el ordenador de mi padre. Un portátil en blanco y negro que traía del trabajo a casa todos los fines de semana.

Antes de aquello jamás habría imaginado que aquel aparato gris que mi padre utilizaba para procesar textos podría ponerme al mando de una nave espacial.

Mi primera vez fue matando marcianos

Al poco tiempo, tuve - de nuevo gracias a mi padre - el que sería mi segundo acercamiento al mundo del videojuego. De color marrón y con una pegatina dorada con el dibujo de un gorila, descubría la Game &Watch de Donkey Kong una mañana de domingo.

Fue a partir de ahí que mi interés por este mundillo fue creciendo poco a poco hasta cautivarme por completo. Cada fin de semana mi padre volvía con algún juego nuevo que le había instalado el informático en el trabajo alimentando así mi afán por descubrir cosas nuevas.

Con el tiempo, a mi padre le cambiaron el portatil. En aquel segundo portátil -aún en blanco y negro- descubrí juegos como Doom, Wolfenstein, Prince of Persia, y más adelante otros como Duke Nukem o Rise of the Triad.

Siempre viví imaginando como sería jugar en color, hasta el día que apareció por casa un viejo monitor CRT al que conectamos el portátil... ¿y sabéis que? todo era mejor de lo que jamás habría podido pensar. Escenarios a todo color, el rojo intenso de la sangre,  las explosiones... mirase donde mirase no salía de mi asombro.

Muchos os lo estaréis imaginando en blanco y negro, yo en su día lo imaginé en color

Después de aquello me costaba imaginar que pudiese haber algo mejor, pensé que ya nada podría sorprenderme, hasta que un día paseando por un centro comercial, se cruzó en mi camino la que más tarde se convertiría en mi primera consola: Sega Saturn.

Hasta entonces había sido jugador de PC y todas las consolas que había tocado (básicamente Mega Drive) lo había hecho en casa de algún amigo. Conocía por tanto lo que era una consola y me gustaba, pero con mi ordenador en blanco y negro conectado a mi monitor en color estaba más que satisfecho.

Pero el día que vi aquel expositor con una Saturn en su interior, debo reconocer que se me cayeron las pelotas al suelo. Era, grande, elegante y sofisticada; no se parecía a nada de lo que había visto anteriormente, no utilizaba ni cartucho ni disquete, utilizaba CD. Por si todo esto fuera poco, el juego que había en pantalla era ni más ni menos que uno de Dragon Ball Z. El flechazo fue instantáneo, rompí mi carta a los Reyes para escribirla de nuevo. Quería un Sega Saturn por encima de cualquier cosa... y llegó, junto a Dragon Ball Z Legends y Baku Baku.

A decir verdad, estrené la consola con dos juegos que a nivel técnico no era cosa del otro mundo, aún así, disfruté como el crío que era.

No fue hasta Tomb Raider cuando probé el auténtico 3D. Aquello suponía para mi un punto de inflexión en todo lo visto anteriormente haciéndome pensar una vez más, que no vería nada mejor.

Lara tendría dos triángulos por pechos, pero por mucho
que le hayan puesto tetitas saltarinas, me quedo de lejos
con los TR de antaño.

Más tarde llegaría la nueva generación de consolas con su correspondiente mejor gráfica. Por aquel entonces llevaba ya unos cuantos años informándome, y aunque me pilló preparado, no puede evitar sorprenderme al ver lo que venía.

Si habéis llegado hasta aquí, tal vez os esteis preguntando a que viene todo esto. Lo entenderéis enseguida. Me saltaré muchos otros momentos que supusieron un impacto en mi etapa como jugador para no aburriros - así como muchos detalles que he omitido para no convertir esta entrada en el cuento de nunca acabar -, y saltaré directamente a la última vez que se me cayeron las bolas al suelo. Esa última vez fue en 2007  cuando vi Crysis por primera vez.

Crysis + Extreme Quality Mod. A día de hoy nada ha
vuelto a sorprenderme como lo hizo esto.

Han pasado seis años desde entonces, y tras pasar más de media vida jugando, he imaginado muchas cosas, pero lo que nunca imaginé, es que en pleno 2013 me lo iba a pasar mejor jugando a juegos de hace veinte años o más, jamás se me pasó por la cabeza pensar que jugar dejaría de ser el vicio de unos pocos para convertirse en una forma de ocio masiva. Jamás imaginé un salto generacional sin impacto visual ni que las consolas se convirtiesen en PC's capados, tampoco imaginé a gente realizando acciones absurdas para que saltase un cartelito al que bautizaron como logro ni que me cobrarían por un mapa o un arma llamándolo DLC. Tampoco que los juegos serían cada vez más clónicos, ni que necesitaría estar conectado a internet para jugar a algunos de ellos, tampoco que me los venderían por descarga, sin su caja ni su manual...

Nunca me imaginé criticando una afición que tan buenos momentos me dio. Pero sin duda, lo que más pena me da, y eso sí que no lo imaginé jamás, es que llegaría un día en que perdería la ilusión, un día, en que los videojuegos dejarían de sorprenderme.

Y tu, ¿te lo imaginabas así?