Crisis gamers que no terminan, un año de DNSTUFF y balance del 2013

Bajo un título más largo que un día sin pan, me dispongo a escribir la primera entrada de este 2014 que deja atrás un 2013 lleno de cambios tanto en la industria del videojuego como a nivel personal.

A finales de 2012, nace sin demasiadas pretensiones DNSTUFF, un blog fruto de la mente retorcida de un estudiante universitario que no sabía en qué matar el tiempo. En su momento pensé que abandonaría a las tres o cuatro entradas, y pese a la inactividad patente de los últimos meses, no puedo evitar sorprenderme a mí mismo al mirar mi escritorio de Blogger y ver nada más y nada menos que 141 entradas que, una a una, fueron consolidando lo que terminó por convertirse en un pequeño rincón personal que va camino de las 40.000 visitas, en el que plasmar inquietudes, preocupaciones y ofuscaciones tratando de enfocarlo siempre en torno al mundo del videojuego.

Con un "¿A qué estoy jugando?" empezó todo.

Aquí me he cagado (literalmente) en la industria, he compartido lo que jugaba, reseñado lo mejor que he sabido los juegos que he ido jugando a lo largo del 2013, y ante todo; he reflexionado a mi manera sobre aspectos cotidianos de la vida utilizando al videojuego como medio. Este ha sido mi rincón, el sitio al que venía a escribir cuando necesitaba desahogarme en un año lleno de altibajos que por fin quedan atrás a excepción de uno: la crisis gamer.

Como muchos bien sabréis, dicha crisis empieza tras terminar NieR a finales del mayo pasado. Una crisis de la que pensaba estar saliendo pero que en vez de mejorar parece ir cada vez a peor. He probado nuevos títulos y nuevos géneros, pero ni siquiera con mi querido retro aguanto más de media hora. El panorama actual tan desalentador que se presenta tampoco ayuda demasiado. No me atraen en absoluto las novedades actuales ni una nueva generación que como ya dije en su momento, sale a destiempo, con funcionalidades de las que me sobran la mitad y con títulos que no me apetece ni probar. El público cambia, los gustos cambian, y con ello, lo hace la manera de jugar. Una manera que no me gusta y a la que no logro adaptarme (mentalidad retro, ya sabéis).

Xbox "Juan" no es solo un Betamax, es un Betamax con un mando hecho de un plástico digno del todo a cien.

A todo lo anterior, hay que sumarle la falta de tiempo de la que dispongo para jugar desde que empezó el curso, que no sólo me ha hecho dejar de lado la consola o el PC, también en gran parte mi propio blog (esto es evidente), Retroscroll, y el resto de blogs que frecuentaba, a los que espero poder volver habitualmente a partir de finales de febrero.

En definitiva, 2013 terminó siendo un buen año en el que he aprendido infinidad de cosas que me han ayudado a crecer como persona, a jugar mis cartas, a seguir jugando aunque éstas fueran malas, y que terminó convirtiéndose en una partida con el mejor final mejor final que jamás habría imaginado. Poco más puedo añadir aparte de desearos un feliz año, para el que me he propuesto, entre muchas otras cosas, retomar el mando y volver a escribir por aquí de manera más regular (no me tengáis en cuenta el propósito del año pasado, aquello era peor que dejar el tabaco).

Feliz 2014 y gracias por el apoyo mostrado día a día.

Post dedicado a la Sra. Ventayol por (entre otras muchas cosas) animarme a escribir.