Fin del trayecto

Sí, debería estar estudiando; pero me da una pereza supina y además es domingo, así que qué mejor manera de mentalizarme para estudiar que marcándome una entrada crítico-reflexiva. 

Lo siento, no me quedan monedas para seguir echando.

Llevaba días, por no decir semanas o incluso meses (al fin y al cabo mi percepción del tiempo es nefasta), queriendo escribir sobre este tema pero no ha sido hasta hace un momento cuando, mientra hurgaba entre mi colección de juegos de PC, que me he dado cuenta de la cantidad de títulos de los que soy poseedor y cuya única función en mi estantería ha sido la de criar polvo.

Los que hayáis seguido DNSTUFF desde el principio de los tiempos (o en su defecto os hayáis leído todas las entradas). Sabréis que si por algo se ha caracterizado este blog ha sido principalmente por mi amor al retro y por las críticas hacia una industria cuya decadencia no ha hecho más que acentuarse con el transcurso de los últimos años.

Pero la entrada de hoy no es ninguna crítica - o tal vez sí, sé como empieza una entrada pero nunca como termina; cosas de la improvisación - hacia el sector del videojuego sino una "despedida". Y entrecomillo despedida porque tampoco puede llamarse así,  más bien lo catalogaría como "una parada a tiempo". Me despido sí, me despido del videojuego, pero solo del actual. 

Lo he intentado, de veras que lo he hecho, pero no comprendo ni el videojuego ni la manera actual de jugar. Intento informarme sobre las últimas novedades, y se me queda todo grande, salen novedades como churros y lo que ayer era una novedad, hoy está en el cajón de las ofertas. Lo siento, no tengo ni tiempo, ni ganas, ni dinero. Soy incapaz de seguir el ritmo de novedades, y aunque fuera capaz, nada de lo que veo resulta de mi agrado. Es más, si me preguntaseis sobre una novedad reciente, lo único que sé decir es Titanfall y porque he visto el nombre por todos lados. Ahora sí, no me preguntéis nada sobre el juego porque, aunque resulte triste admitirlo, ni siquiera sé qué género pertenece. Da igual con qué lo intente, termino apagando la consola asqueado y termino volviendo a mi inestimable Duke Nukem 3D o enchufando el MSX. 

Esto es todo lo que he visto de Titanfall, y hasta que no he buscado la
imagen, ni tan siquiera sabía que era de EA.

Digo adiós señores, y lamentablemente creo que lo hago de manera definitiva. Ya me pasé de parada subiéndome al tren de la anterior generación y no estoy dispuesto a pagar el precio de intentarlo una vez más para arrepentirme al cabo de un par de años y volver con el mismo discurso. Me abruma tanta cantidad y tan poca variedad, me paseo por las tiendas de videojuegos y me da la sensación de que todo es lo mismo con distinta caratula. 

Ésta es mi última parada, me quedo en una época donde le dabas al "Start" y no al "Share", donde se saltaban los obstáculos en vez de las escenas, donde se agradecía una buena historia, donde el manual de instrucciones era un ladrillo y no una triste hoja de papel couché con la que ni siquiera puedo limpiarme el culo, pero por encima de todo donde lo que primaba era la diversión, 

Me estresa tanto detalle, tanto efecto especial y tanto envoltorio (en sentido figurado porque dentro de poco ya ni cajas habrá) para títulos , en su mayoría, pobres de espíritu. Me estresa que mi consola se actualice más que Windows y el no saber si la próxima vez que la encienda reventará porque se haya terminado la cuenta atrás de ese reloj que establece la duración de un dispositivo electrónico insinuándote que tal vez es hora de preparar la cartera y comprar tu "entretenimiento" de los próximos "x" años.

Ha sido un bonito viaje de más de veinte años, pero si después de todo ese tiempo desapareces seis meses y descubres que no entiendes absolutamente nada de un hobby que te ha acompañado durante prácticamente toda la vida, es que o no has sabido evolucionar, o no es el hobby con el que empezaste. 

Yo me quedo aquí, soplando cartuchos rebobinando cintas y aporreando los botones de un mando que no conocía de ergonomía.