Hemos perdido el afán aventurero...

Tuve la suerte de conocer las aventuras gráficas en su mejor época. Descubrí el género en su época de máximo esplendor, y  guardo buenísimos recuerdos de juegos como "Monkey Island", "Fullthrotle", The Dig",  "Flight of The Amazon Queen" o el para mi inolvidable "Fate of Atlantis".

Además, puedo decir que se trata del único género con el que logré que mi padre estuviera durante más de diez minutos delante del ordenador.

Recuerdo que en casa se conocían como "los juegos de pensar" y así como con otros juegos me ponían pegas de vez en cuando, nunca en mi casa se quejaron de que pasara más tiempo del habitual delante del ordenador por estar jugando a una aventura gráfica.

Pese a no ser uno de mis género predilectos, lo echo muchísimo de menos. Podía tirarme una tarde entera y no haber avanzado en absoluto, pero su capacidad de absorción hacía que no me aburriese en ningún momento.

Por suerte o por desgracia, los tiempos cambian, y con ellos la industria del videojuego. Ya lo dijo Gilbert:

"Y entonces llegó Doom... era visceral, era rápido, disparabas cosas, y acababas con todo. Y eso cambió un poco la forma de pensar de la gente y atrajo a una audiencia mucho mayor a los juegos. Los juegos de aventuras permanecieron con la gente, nunca se fueron. Pero todas las personas que vinieron con Doom empezaron a dominar".

Como siempre, la masa manda, si la masa quiere acción, acción es lo que le daremos. Con el paso de los años y con la llegada de la tridimensionalidad, las aventuras gráficas fueron perdiendo fuelle hasta convertirse en un género que lamentablemente, no resulta atractivo para la masa.

Gilbert le echó la culpa a Doom:

"Le echo la culpa a Doom, porque antes de que saliera Doom, los juegos tenían un ritmo mucho más lento y la gente estaba más interesada en pensar y en la estrategia. Estos eran juegos con movimientos muy lentos y te absorbían. Disfrutabas el momento de estar en el juego"

Obviando que soy más partidario de echarle la culpa al usuario, es inevitable darse cuenta de que la gente ha cambiado. El usuario actual busca partidas rápidas, espectacularidad, y acción desenfrenada.

El usuario actual no quiere un escenario estático en el que ir haciendo clicks hasta dar con la solución al problema planteado porque no resulta espectacular, no disparas contra nada y no hay nada que explote. Pero más allá de esto, bajo mi punto de vista, hay un problema de fondo más triste aún que todo esto, y es que el usuario actual no quiere pensar.

Las aventuras gráficas suponen un reto a la inteligencia y un estímulo a la imaginación que la mayoría de usuarios actuales parecen no aceptar, y esto es un hecho que se ha demostrado con juegos de la actual generación.

Por poner un ejemplo práctico haré referencia a Castlevania Lord of Shadow al que estuve jugando hace poco, y que me dejó con la boca abierta cuando tras llegar al primer puzzle,  el juego me dio la opción de resolverlo automáticamente.

Pero aunque el juego no resolviese los puzzles como en el ejemplo anteriormente expuesto, hay algo con lo que antes no contábamos y que hoy en día está al alcance de muchísima gente: Internet.

Atascarse en un puzzle podía suponer días sin avanzar, horas muertas dándole vueltas al coco, y en el mejor de los casos, pedirle ayuda a algún amigo o conocido que la hubiera jugado. Con el acceso a Internet esa magia se pierde. Actualmente la gran mayoría de jugadores estaría tirando de guía tras diez minutos sin avanzar, perdiendo por tanto la gracia de estrujarse las meninges.

La gran mayoría de usuarios actuales están demasiado ocupados y piden juegos que se adapten al frenético estilo de vida que han adoptado. Les da igual tirarse cuatro horas pegando tiros, por el simple hecho de que se han tirado cuatro horas avanzando. Pero tirarse cuatro horas delante de un juego sin avanzar, les supondría la perdida de un tiempo que no tienen.

Se ha perdido el afán aventurero, se han perdido las ganas de pensar, y sin duda, se ha perdido la satisfacción que suponía resolver ese dichoso puzzle en el que llevabas días encallados.

Por suerte, puedo decir orgulloso, que me tocó vivir una época en la que tirarte horas atascado suponía un ejercicio de inteligencia e imaginación en vez de una perdida de tiempo. Y aunque sea poco probable que volvamos a ver aventuras de semejante calibre, siempre nos quedará SCUMMVM.