Juegos inquietantes I: Dildo Tank

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Cuando empecé con DNSTUFF, lo hice con la idea de hablar de retro y juegos bizarros. Al final, he hablado de retro menos de lo que quería, he criticado a la industria más de lo que esperaba, y lo peor de todo... no he dedicado ni una sola entrada dedicada a algo bizarro.

Pero como mi abuela acostumbra a decir, "en esta vida todo tiene solución menos la muerte".

Siempre pensé que la primera entrada dedicada a un juego digno de entrar en la categoría de "inquietante", sería para Nitro Family. Llevo meses queriendo hablar de Nitro Family, pero a parte de la pereza que me da volver a jugar semejante engendro maligno, gracias a la señorita Rokuso y su última entrada en Checkpoint, he descubierto algo mejor con lo que estrenar sección... Señoras y señores, hoy en DNSTUFF: Dildo Tank, donde el dildo, eres tú.

Pese a todas sus bondades, el desarrollo de videojuegos independientes puede resultar surrealista y aterrador en algunas ocasiones. Este, es uno de esos casos.

Dildo Tank, es un juego simple, absurdo y bastante surrealista, donde un ejercito de mujeres desnudas, sin brazos y sin cabeza, pretende acabar con la raza humana.

Para evitar semejante catástrofe, nuestra misión será acabar con ellas a base de... ¿dildazos?

Para ello, controlaremos un pequeño dispensador de dildos al que han llamado "Dildo Tank" (anda mira, como el nombre del juego...). Como pilotos del "Dildo Tank", nuestra misión será disparar coloridos vibradores al único punto débil de nuestras enemigas: su vagina...

Las flechas de dirección, se encargan de mover el tanque, mientras que la barra espaciadora dispara los dildos. Haciendo uso de estos simples controles, iremos de un lado a otro de la pantalla tratando de hacer diana con nuestros fálicos proyectiles.

El juego puede parecer sencillo, pero se va complicando a medida que vamos pasando niveles. Sí, niveles, aunque no lo creáis, el juego está dividido en niveles con su respectiva jefa final. 

El método para acabar con dichas "jefas finales", es el mismo que para el resto. La diferencia radica en el número de dildos empleados, y en que cada jefa tiene algo que nos complica la faena como por ejemplo; zapatos de pinchos, pies con serruchos, u otros artilugios más sofisticados como este bonito lanzacohetes vaginal que podéis ver a continuación:

Lanzacohetes Vaginal: próximanente en "El Corte Inglés"

Tal y como dije antes, el sistema de juego es simple, pero eso no quita que resulte complicado dar en el blanco. 

Nuestras "amiguitas" no paran de moverse, y a medida que vamos avanzando, el número de "enemigas" en pantalla aumenta junto a la cantidad de obstáculos que deberemos sortear. 

En la tercera pantalla el juego empieza a resultar bastante agobiante, y es a partir de la cuarta, cuando la aglomeración de pies, dildos de colores y obstáculos empiezan a poner en riesgo la salud mental del jugador.

Pero si todo lo anterior os resulta sorprendente, esperad porque aún queda lo mejor. ¡Dildo Tank tiene "historia"!

Sí, una historia narrada a partir de conversaciones por ordenador que se basa mayormente en comentarios machistas, llena de atentados ortográficos y gramaticales, y que cuenta incluso con un intento de giro argumental en el que nos veremos traicionados por nuestros superiores.

Me abstengo de destriparos el "argumento" (si es que se le puede llamar así) con tal de no cargarme el factor sorpresa en caso de que os dé por probarlo.

El apartado gráfico es cutre se mire por donde se mire. Realmente lo único que se han trabajado un poco, es el detalle y la animación de la "señora patata".

No puedo olvidarme tampoco del apartado sonoro. Melodías y gemidos desquiciantes, que unidos al errático movimiento del enemigo, terminan convirtiendo la experiencia en algo bastante incómodo y perturbador.

En caso de que encontremos el contenido demasiado explícito, tenemos la opción de jugar a la versión censurada, donde un bonito efecto difuminado cubrirá las partes íntimas.

Pese a todos sus defectos, el juego tiene algo que te hace volverlo a jugar de vez en cuando. Desde luego, si sois amantes de este tipo de bizarradas, no dudéis en probarlo... aunque sólo sea para comprobar a que niveles de perversión puede llegar la mentalidad de algunos individuos.