Ha llegado el tan ansiado momento, hoy hablaremos de ese juego con el que he establecido una tremenda relación de amor odio. Ese juego del que me habéis oído despotricar una y mil veces por redes, y al que amigablemente me gusta denominar como "el sobrevalorado Bloodborne", aunque haya levantado más de una ampolla. Así que, dicho esto, vamos a empezar con los formalismos habituales de esta santa casa, y más abajo os explicaré porqué el aclamado souls exclusivo de Play Station, se me hizo tan cuesta arriba, pese a terminarlo con platino incluído.
En esta ocasión, los acontecimientos se desarrollan en el mundo de Yharnam. Cambiamos la fantasía medieval a la que nos tenían acostumbrados las anteriores entregas, por un estilo victoriano, que aunque me gusta menos que lo visto en juegos anteriores del maestro Miyazaki, tiene un rollo bastante interesante, y que le sienta muy bien al tono oscuro, desagradable y decadente que ofrece el título.
A nivel narrativo, Bloodborne sigue la misma estela que sus predecesores, te cuentan entre poco y nada, y tienes que ir descubriendo por tus propios medios lo que el juego te quiere contar. Aquí lo poco que sabremos al iniciar el juego, y tras despertar en la clínica de Iosefka, es que los habitantes de Yharnam han sido afectados por una enfermedad que se transmite por la sangre volviéndolos locos. El resto lo descubrís vosotros, porque ya sabéis que no me gustan ni los spoilers, y tampoco tengo ganas de ponerme aquí a explicarlo todo, básicamente porque los cuatro gatos que me vayáis a leer, ya sabéis de qué va el asunto.
El apartado sonoro, está al nivel del visual, y además tiene, para mi gusto, una banda sonora excepcional. Otro punto positivo, es que el juego viene doblado al castellano, y aunque a mí personalmente (y no es por dármelas de gafapasta), estos juegos me gustan más con el doblaje original, el trabajo de doblaje es sublime.
Pasando a lo jugable, tenemos un juego que es más de lo mismo pero con varios cambios. Y es que si, como yo, venías de jugar a Demon's Souls, Dark Souls, o Dark Souls 2, rápidamente descubrirás que, si bien la esencia es la misma, hay cambios que resultan lo bastante notorios como para que te toque "aprender a jugarlo". Y es que ya desde un principio, cuando vamos a seleccionar nuestro personaje, vemos que las cosas han cambiado.
Qué momento tan peculiar. |
En cuanto a los cambios más destacables, olvidaos de armaduras pesadas, de escudos, de clases, y demás historias. Aquí importa bastante poco la clase con la que empecemos, puesto que son todas muy parecidas. ¿Te gustaba usar escudo en Dark Souls? Olvídate, aquí priman el parry y el frenetismo. Hay pocos atuendos, y pocas armas, aunque las que hay, podríamos decir que son un 2x1. Olvídate también de ir tranquilo y esperar tu momento para atacar. Bloodborne premia la agresividad, muestra de ello es la mecánica que se implementó de recuperar salud al atacar. ¿Te gustan las armas de fuego? Estás de enhorabuena, porque es otra de las mecánicas nuevas del juego, aunque su uso se limite básicamente al de un parry que es más que aconsejable dominar de cara a salir vivo de Yharnam.
En resumen, para cerrar este apartado, e ir directos a lo que habéis venido buscando, se podría decir que Bloodborne es más de lo mismo, pero distinto. La mayoría de los que me estéis leyendo ya lo sabéis, así que vamos al grano: ¿por qué este juego se me hizo bola pese a estar considerado uno de los mejores títulos del estudio? Vamos a desgranar punto por punto los apartados que a mí, repito: A MÍ, no me han gustado, y porque pese a ello, hay algo en él que me hacía volver.
A colación de lo anterior, otro punto que no me gustó, fue precisamente ese: los combates contra las bestias. Que no se me malinterprete, la puesta en escena de las mismas es muy espectacular, y sus diseños tres cuartos de lo mismo. El problema es que todos los combates contra las bestias, se resuelven igual: buscándoles el punto muerto entre las patas y reventándolas desde ahí. Eso podría ser un mal menor, pero es que además, estos combates son un dolor de huevos gracias a la dichosa cámara.
El tercer punto, y posiblemente el que más me haya hecho aborrecer Bloodborne la gran mayoría del tiempo, es su exploración. Y es que a diferencia de otros Souls, donde podías tener una exploración más o menos tranquila (insistio: más o menos), aquí todo es un acoso y derribo constante. Los que hemos jugado a este tipo de títulos, sabemos que en cada esquina puede acechar una trampa o un pequeño hijo de puta esperando a joderte la partida. Pero es que aquí, es una constante. Por no hablar de las emboscadas que te dejan tiritando en menos que canta un gallo. Es posiblemente por esto, que tardé tanto en armarme de valor para terminar el juego, porque la exploración en general, no me resultaba tan satisfactoria como en otros juegos del género.
A lo dicho en el anterior párrafo, hay que sumar el que sería el penúltimo punto de cosas que hicieron que Bloodborne no me pareciese para tanto: su ambientación. Aunque aquí hay que matizar, la ambientación objetivamente hablando es muy buena, pero me saturó. Bloodborne es un juego oscuro, lúgubre, hóstil y decadente. Y si bien es cierto que me gustan todos esos atributos, aquí me saturaron. Hay oscuridad, hostilidad y decadencia en Dark Souls, efectivamente, pero entre toda esa oscuridad, decadencia, oscuridad y hostilidad, hay momentos de sosiego. Cosas que dan como cierta esperanza al jugador. En Bloodborne no hay nada de eso, no al menos que yo haya sido capaz de ver, de hecho, cuanto más avanzas, peor es todo. Y aunque parezca una chorrada, fue algo que llegó a saturarme bastante, llegando incluso en ocasiones a generarme rechazo.
Probablemente el mejor momento del juego |
Y os preguntaréis: ¿te ha gustado algo de Bloodborne? Pocas cosas, pero las que me han gustado, me han gustado mucho y se resumen en: el Sueño del Cazador, la historia, el combate final, y el DLC. De todo esto quiero hacer especial hincapié en el DLC, que me ha parecido MARAVILLOSO, y ha compensado con creces todo lo que me hizo aborrecer muchas de las cosas que aborrecí en el juego base.Porque amigos, el DLC de de Bloodborne, es lo mejor que le ha pasado a Bloodborne desde que salió, contando con una historia y una ambientación increíbles, y los mejores jefes de todo el maldito juego. Eso, y que en cierta medida el platino era divertido de sacar, han conseguido que al final termine guardándole cariño a un título que, si bien no tengo ganas de volver a jugar, he terminado cogiéndole cierto cariño pese a que sigo pensando que está un pelín endiosado.
En definitiva, y para ir cerrando que llevo mucho sin escribir y se me está haciendo ya muy largo ¿me ha gustado Bloodborne? no lo sé. El DLC me ha encantado, el resto estoy por decidirlo. ¿Lo recomiendo? Sí, pero solo para que juguéis al DLC. En serio, jugad al puto DLC de Bloodborne.
*inserte GIF de escopetaso*
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