¿Vale la pena PS3 en 2022? opinión tras seis meses con la consola

Lo que os traigo en el día de hoy, tiene una parte de miserias de las que tanto os gustan, y una parte de impresiones y opinión personal. Y es como muchos ya sabéis, hará cosas de aproximadamente seis meses que compré - por fin - una PS3. En la entrada de hoy os explicaré cómo fue el proceso de compra y mis impresiones con la consola tras estos primeros meses con ella. 

 El que me conozca bien sabe que el motivo que me llevó a comprar una PS3 en pleno 2021 (casi 2022) fue principalmente el de poder jugar a Drakengard 3. Ya lo dije en su día cuando el juego fue anunciado en exclusiva para la consola de Sony: "algún día me compraré una PS3 solo que por ese juego". La cuestión es que, con la reciente reedición en formato físico de Drakengard 3, y teniendo en cuenta que la consola se puede encontrar por debajo de los 100 euros, decidí que había llegado el momento de consumar mi plan maligno.

Como no podía ser de otra manera, y ante el miedo a que el juego se agotase, lo primero que hice fue hacerme con una copia de Drakengard 3. Efectivamente, compré el juego antes que la consola. El paso siguiente era buscar una consola, pero previo a ello, había que informarse bien sobre los modelos. En primer instancia había descartado tanto los primeros modelos como el modelo Super Slim. Los primeros modelos los descarté en primer lugar por la dificultad para encontrarlos, y en segundo lugar por sus fallos a nivel de hardware. Sinceramente, no tenía ganas de comprar algo y andar batallando con ello por fallos en su funcionamiento. El modelo Super Slim simplemente lo descarté porque estéticamente no me gustaba, aunque no le cerré del todo la puerta... 

El culpable de todo

Me quedaba pues el modelo Slim. La idea era buscar una PS3 Slim de 320 GB por aquello de que "burro grande, ande o no ande", pero había una cosa que me tiraba bastante para atrás: el sistema de succión de discos. No es un sistema que me apasione, la verdad, tienen tendencia a fallar con los años, y al ser una unidad de segunda mano cuyo uso previo desconocía, me hacía ser bastante reticente. Fue aquí cuando empecé a barajar la idea de comprar el modelo Super Slim...

Tras informarme y pedir consejo, la cosa estaba bastante igualada entre el modelo Slim y el Super Slim. Había gente que me decía que el modelo Slim era el mejor pero que le podía fallar la unidad de disco, y otra que me decía que el modelo Super Slim tenía tendencia a calentarse bastante.

La duda seguía ahí hasta que un día que fui de visita a mi Game de confianza, vi que tenían de segunda mano un modelo Super Slim prácticamente nuevo. La unidad de la que os hablo conservaba incluso los protectores de la parte de plástico brillante y apenas se le veía polvo en las rendijas de la ventilación. El precio era de 80 euros a lo que había que sumarle un mando porque ya sabéis como es Game... pero por otro lado, me daban un año de garantía que compensaba con creces el tema del mando.

Me fui de allí y dejé reposar la idea unos días. Al cabo de unas semanas me dije "voy a ir a Game, y si todavía tienen la consola, es que estaba destinada a ser mía". Cogí los bártulos y cuando llegué a la tienda, allí seguía. Ni corto ni perezoso, me acerqué al mostrador y dije que me la llevaba. Dudé hasta el momento de pagar sobre si llevarme esa o una Slim de 320 Gb que había justo al lado, pero al ver el estado de esta última y al recordar el motivo por el cual había descartado ese modelo, me fui con mi PS3 Super Slim (sin mando) y un God of War Ascension en caja metálica que tenían por allí. Ahora solo quedaba encontrar un mando con el que estrenar la consola. 

La elegida

Nada más llegar a casa, dejé la compra y me metí en Wallapop a buscar un Dual Shock 3, tras dar con un tipo que vendía uno a media hora de casa, quedé con él esa misma tarde y me volví para casa a comprobar que todo estuviese en orden.

Tras una primera inspección visual de la consola, me di cuenta del buen estado en el que se encontraba. No tenía ni una marca, y las rejillas de ventilación estaban libres de polvo. Lo único que encontré fue una pelusilla en la unidad de disco que retiré fácilmente con unas pinzas. Por lo demás la consola estaba perfecta.

Tras instalarla, y descargar las últimas actualizaciones para dejarla lista, estuve probándola durante varias horas para comprobar el tema de la temperatura. Debo decir que quedé gratamente sorprendido pues, después de prácticamente una tarde entera de vicio, descubrí que la consola se calentaba prácticamente lo mismo que mi PS4 Slim. Además la consola no era excesivamente ruidosa, e encluso empezaba a ver con buenos ojos el diseño que en primera instancia tanto me disgustaba.

Lamentablemente no es oro todo lo que reluce y hay algo a lo que, a día de hoy, sigo sin acostumbrarme. Para algunos será una tontería, pero a mi me resulta un engorro, y no es otra cosa que el hecho de no poder cargar el mando conectado a una toma de corriente. No sé en qué coño estaba pensado Sony, pero me parece aberrante poder cargar el mando en mi Xbox 360 y no poder hacerlo con un cargador de móvil. Porque todo son risas con las pilas de Xbox (risas que jamás entenderé), hasta que te quedas sin batería en el Dual Shock y te toca joderte. En serio, más mandos con pilas y menos mandos que me obligan a tener encendido un aparato para poder cargarlo. Que sí, que sé que puedo jugar con el Dual Shock 4, pero tengo la manía de querer jugar con el mando que le toca a cada consola, y en su momento cuando PS3 se lanzó, no había un Dual Shock 4 como alternativa. 

El mando que puedes cargar con una 360 pero no con un cargador de móvil

Otro tema que me sorprendió para mal (aunque no sea tan grave) es el hecho de que los juegos no se puedan instalar en el disco duro. Lo cierto es que la compré convencido de que, al igual que hacía en 360, podría instalar los juegos en el disco duro de la consola para reducir tiempos de cargar y quitarle trabajo a la lente, pero al parecer no es así. Es un mal menor, pero acostumbrado a poder hacerlo en Xbox 360, es algo que he echado en falta.

Por lo demás, estoy muy contento con la consola. Como ya he comentado, no abulta demasiado, no es excesivamente ruidosa y no se calienta más que una PS4 Slim. Además, con sus 500 Gb de disco duro, tengo espacio para dar y tomar. Llegados a este punto toca hacerse la pregunta del millón ¿vale la pena una PS3 en 2022? Como de costumbre, todo depende, pero bajo mi punto de vista, vale bastante la pena hacerse con una si en su día te la perdiste, y a continuación os explico los motivos.

En primer lugar, es una consola relativamente barata a día de hoy. Como digo, podemos hacernos con ella por menos de 100 euros -incluso por 60 o 70 euros- por lo que resulta una opción bastante económica.

En segundo lugar tenemos el precio de los juegos y la disponibilidad. A día de hoy sigue siendo relativamente fácil hacerse con buenos juegos. No solo en aplicaciones de compra y venta entre particulares, sino en tiendas como Game en las que la oferta sigue siendo bastante amplia y a precios más que razonable para juegos que, a día de hoy, siguen luciendo muy bien en la mayoría de los casos.

Por otro lado, para aquellos consumidores de películas en Blu-ray, dudo que se pueda encontrar en la actualidad un dispositivo que reproduzca dicho formato a un precio similar. Y ya que hablo del Blu-ray, me gustaría mencionar una de sus ventajas: no se arañan tan facilmente como un DVD. Esto es algo que de cara a ciertos títulos me ha venido muy bien, me explico. En un principio PS3 la iba a destinar principalmente a exclusivos y dejar los multiplataforma para Xbox 360. El tema está en que debido a la resistencia de los discos blu-ray, hay muchos juegos mutiplataforma que estoy aprovechando para comprarlos en PS3 ya que no presentan arañazos que puedan dar como resultado un mal funcionamiento.

No puedo hablaros demasiado de sus opciones multimedia más allá de la reproducción de blu-ray pues tampoco me he dedicado a trastear con ella, pero contando -en mi caso- con un disco duro de 500 Gb, imagino que ofrece un buen número de posibilidades como reproductor multimedia.

Por último, y antes de cerrar la entrada quizá alguno se pregunte qué modelo elegir. Pues bien, basándome en mi experiencia y tomando esto como una opinión puramente personal, quizá lo más acertado sería irse al modelo Super Slim de 500 Gb, quedando descartado el modelo Super Slim de 20 Gb por su escasa capacidad de almacentamiento. Y no lo digo porque sea el que me compré yo y trate de autoconvencerme de mi compra. Simplemente me parece el más acertado por varios motivos. El primero es que se trata del modelo más nuevo, por tanto lo más probable es que tenga muchas menos horas de uso que modelos más antiguos. Por otro lado, aunque su diseño quizá no nos resulte tan atractivo, la tapa corredera seguramente nos vaya a dar menos problemas a largo plazo que el sistema de succión de los modelos anteriores. Además, con 500 Gb de capacidad tenemos espacio para dar y tomar.

En cualquier caso, si tenemos intención de "profanar" la consola, por lo que tengo entendido, el modelo Super Slim no es la mejor opción, siendo la más interesante la versión Slim. Tened esto en cuenta en caso de que queráis hacer "travesuras" con vuestra consola. En mi caso no tenía intención de hacerlo, por lo que la decisión final fue fácil. Descartaría eso sí los modelos FAT por los problemas que conllevan y porque tampoco resultan fáciles de encontrar a día de hoy. Pero como de costumbre, esto no es más que una opinión puramente personal y cada uno al final puede hacer lo que prefiera.

En definitiva, puedo decir que estoy muy contento con la compra. La consola como digo está funcionando bien y estoy descubriendo muchos exclusivos que en su día no tuve el gusto de probar. Así que si teníais en mente haceros con una PS3 en pleno 2022 y aún teníais dudas al respecto, espero que la entrada de hoy os haya ayudado a despejar vuestras dudas.