Resident Evil 0 (Game Cube)

Aprovechando la reciente reparación que le hice a mi Game Cube cambiando los condensadores de la unidad óptica, y con tal de ponerlos a prueba, decidí rejugar a uno de los títulos por los cuales en su día me compré la consola: Resident Evil 0. Un juego que jugué prácticamente de salida y del que recordaba entre poco y nada. En la entrada de hoy, os hablaré de mis impresiones sobre un título que, pese a contar con una remasterización, he querido disfrutar en el sistema que lo vio nacer. 

Pero antes de entrar en materia, un poco de historia. Hablar de Resident Evil 0, nos obliga a remontarnos a los tiempos de Nintendo 64, consola para la cual, originalmente, estaba pensada esta entrega. Su desarrollo empezó en el año 1998, y pretendía aprovechar los escasos tiempos de cargas que proporcionaban los cartuchos, para introducir el cambio entre compañeros. Lamentablemente, pese a la ventaja del formato para dicha novedad, el cartucho presentaba una serie de limitaciones a nivel de almacenamiento que hicieron que, finalmente, el desarrollo del título se trasladase a la sucesora de Nintendo 64, Game Cube. Finalmente, Resident Evil 0 vio la luz en el año 2002, de manera exclusiva para  la 128 bits de Nintendo. 

La historia nos pone en la piel de la oficial Rebecca Chambers y el criminal convicto Billy Cohen y la trama se sitúa justo antes de los acontecimientos que tuvieron lugar en el primer Resident Evil. Pese a sus diferencias iniciales, Rebecca y Billy se verán obligados a cooperar en una aventura en la que, por primera vez, controlaríamos a dos personajes de manera simultánea. Su objetivo, escapar de la pesadilla en la que se han visto inmerosos mientras tratan de despejar las incógnitas que giran en torno a la, por el momento, misteriosa corporación Umbrella.

Dos personajes condenados a llevarse bien

Pasando a aspectos más técnicos del juego, es innegable que pese a los casi veinte años que tiene Resident Evil 0, sigue siendo un auténtico espectáculo visual. Fondos prerenderizados que quitan el hipo, en los que el tiempo no parece haber hecho mella, y unos personajes bien modelados que no desentonan en absoluto con el escenario y que siguen siendo dignos de elogio. Todo en el juego está cuidado hasta el más mínimo detalle, desde las animaciones de los protagonista, hasta las de los enemigos con los que nos crucemos que, al igual que los personajes principales cuentan con un modelado excepcional.

Lo mismo podemos decir a nivel sonoro, con un juego cuya banda sonora y efectos de sonidos van muy en la línea de lo visto en entregas anteriores, consiguiendo meternos de lleno en la ambientación. 

En lo que respecta a su apartado jugable, estamos ante un Resident Evil de corte clásico pero con una serie de novedades, consecuencia directa de manejar a dos personajes que deberán cooperar entre sí. Hecho que conlleva una serie de cambios a la hora de resolver las situaciones propuestas. Cada personaje cuenta con una serie de características propias. En el caso de Billy, nos encontramos con un personaje con mayor resistencia física, y la capacidad de mover objetos pesados. Si nos vamos a Rebecca, tenemos que es la única que puede combinar hierbas, puede meterse por sitios estrechos, pero por contra, su resistencia a los ataques es menor si la comparamos con Billy. Esto hace que la manera de abordar las situaciones clásicas que habíamos visto en la saga, cambie ligeramente con respecto a entregas anteriores. Aunque si bien es cierto, en la mayoría de ocasiones, ambos personajes irán juntos y solo en algunos momentos concretos de la historia nos veremos obligados a separarlos para continuar con nuestro avance. 

Pero no terminan ahí las novedades, y es que a diferencia de otras entregas, en Resident Evil 0 se optó por eliminar los clásicos baúles que nos permitían almacenar los objetos que no necesitábamos dándole una vuelta de tuerca que nos obligaba, en cierto modo, a salir de nuestra zona de confort. Si bien es cierto que podemos dejar los objetos en cualquier sitio y que, en caso de cambiar a una zona a la que no podemos volver, todos los objetos aparecerán en la zona nueva, en la práctica resulta más engorroso de lo que pudiera parecer, ya que terminamos dejando todos los objetos innecesarios en una sala segura para saber dónde los hemos dejado; con la salvedad de que cuando lleguemos a otra - en caso de que los necesitemos - tendremos que deshacer todo el camino para coger objetos que requiramos en ese momento. Esto hace que terminemos dando más vueltas que una peonza, y que en ocasiones podamos incluso perder objetos. Porque si bien su ubicación se indica en el mapa, nuevamente tendremos que patearnos todo el escenario en caso de que hayamos olvidado la ubicación de un objeto clave. Es cierto que el hecho de haber eliminado los baúles dota al juego de un mayor realismo, pero termina resultando bastante engorroso haciendo que se echen en falta los baúles. Algo curioso de todo esto, es que no recordaba que,la primera vez que lo jugué, la ausencia de baúles me hubiese resultado tan "molesta". Por suerte, el mapeado no es excesivamente grande, podremos volver a prácticamente cualquier localización del mismo, y como mucho lo único que perderemos será algo de tiempo (bueno, yo perdí también la escopeta) yendo y viniendo. 

Más allá de estas novedades, y como ya he comentado, estamos ante un Resident Evil clásico con todo lo que ello conlleva, puzzles que resultan bastante interesantes especialmente al tener que hacer uso de dos personajes, enfrentamientos con jefes y nuevos enemigos - junto a otros ya conocidos - que tratarán de frenar nuestro avance a lo largo de la aventura. 

En definitiva, Resident Evil 0 es uno de esos títulos que resultan ideales para aquellos que añoran el estilo clásico de la franquicia, y que sigue siendo muy recomendable a día de hoy, además de ser un juego que cualquier fan de la saga debería jugar. Su apartado técnico sigue luciendo espectacular a día de hoy (incluso en esta versión de Game Cube que he rejugado) y las novedades que incorpora - aunque algunas como el tema de los baúles puedan parecer más un atraso que otra cosa - le da una personalidad propia y un toque de distinción pese a seguir en la línea de los anteriores. Un juego que, en ocasiones, me la sensación que le pasa un poco como a Code Veronica, todo el mundo sabe de su existencia, pero por algún motivo me da la sensación de que se pasa un poco por alto. En un principio este hecho lo achacaba a su exclusividad, pero a día de hoy, teniendo una versión remasterizada y viendo que prácticamente todo el mundo ha jugado al remake del primer Resident Evil, no termino de tener muy clara mi teoría. 

En definitiva y para ir cerrando ya ¿deberíais jugar a Resident Evil? por supuesto que sí, y más teniendo en cuenta que cuenta con una versión remasterizada, ideal para aquellos que se lo perdieran en su día.