Bayonetta (XBOX 360): Primeras impresiones

Bayonetta se trata de otro de esos juegos que por pura casualidad se ha cruzado en mi camino. Un juego del que había oído hablar pero al que nunca le había prestado demasiada atención, además de tratarse de un juego que apareció en un temporada en la que, por motivos que no viene ahora al caso, estuve bastante desconectado del mundillo.

La cuestión es, que todo el mundo me hablaba de Bayonetta, todo el mundo que me conocía y sabía de mis gustos se extrañaba de que no lo hubiese probado, y todos me animaban a hacerlo. Aún así, pese a las recomendaciones  y a tener ganas de probarlo, no me había animado a buscar uno. Tampoco lo iba buscando el día que lo compré, simplemente nos encontramos.

Todo pasó un par de semanas atrás cuando un tranquila tarde sábado, decidí salir de "caza videojueguil" por Barcelona en busca de un NieR para Xbox 360. 

Llevaba nueve tiendas pateadas y me quedaba una por visitar. Entré, busqué y pregunté. Ni un sólo NieR... 

Como tampoco tenía ganas de irme con las manos vacías después de la enorme pateada que me había pegado, me puse a buscar algo que me sirviera como premio de consolación.

Después de mirar un rato y pensar que ni siquiera premio de consolación iba a tener, me topé con Bayonetta. 

Costaba quince euros y me habían hablado bien de él, para más inri, aparecía el logo de Sega en la carátula... Aún así sin saber muy bien porqué, seguía dudando. "Quince pavos... ¿merecerá la pena realmente?" - le dí la vuelta a la caja y miré las imágenes-. "Dios santo, que culo tiene esta mujer... venga va, me lo llevo"

Lo reconozco, y sin querer parecer superficial, debo reconocer que el culo de Bayonetta fue lo que me impulsó a comprarlo definitivamente. 

Pero aún me esperaba otra sorpresa. Cuando llegué al mostrador y le entregué la caja al dependiente para que buscase el contenido y me cobrase, me enteré de que la caja que tenía entre manos ¡pertenecía a la edición coleccionista! Esta edición bautizada como "Climax Edition", inlcuye una caja de cartón, la BSO del juego y un librito de ilustraciones bastante majo. Pese a no ser muy fan de estas cosas, debo reconocer que dicho acontecimiento me alegró bastante la tarde. 

Cuando llegué a casa, decidí adelantarlo al primer puesto de mi lista de cosas por jugar, y tras terminar el pasado jueves con Ninja Gaiden 3, decidí empezar con Bayonetta.

Increíble. Es lo único que se me ocurre. Basta que me queje de que no encuentro nada que me ilusione y me sorprenda como antes, para que llegue Bayonetta y me pegue un chancletazo en la boca. 

De las seis horas de juego que llevo, SEIS las he pasado babeando. No quiero extenderme mucho en detalles - eso ya lo haré en las impresiones finales, que prometen ser las más largas que haya hecho hasta el momento -, pero por si no os habéis dado cuenta, Bayonneta me tiene enamorado.

Armas combinables entre sí de mil maneras distintas ( Bayonetta lleva armas en los tacones y en las manos), y un variado número de combos, se unen a un cuidado sistema de control, ofreciendo una jugabilidad exquisita. 

Bayonetta se mueve con una suavidad y una elegancia increíbles, y a la que dominas un poco los combos, los enfrentamientos se convierten en un auténtico espectaculo.

Personaje principal carismático, cuya historia -de la que aún no sé mucho-, se va desgranando a medida que avanzamos por los enormes y variados escenarios. Escenarios que por cierto, tienen un diseño artístico impresionante.

Dificultad ajustada y asequible (al menos para mi gusto) que por el momento no me está dando quebraderos de cabeza. Muchos secretos por descubrir, banda sonora de lujo, y un enorme número de guiños a otros juegos, están poniendo la guinda a un juego que tal y como mencioné al principio, llegó a mis manos casi por casualidad.