Splatterhouse (Xbox 360): Primeras impresiones

Desde que anunciaran en su día la salida de un nuevo Splatterhouse para la actual generación de consolas le fui siguiendo de cerca la pista. Pese al interés mostrado, no ha sido hasta estas pasadas Navidades que por fin me hice con el. No me preguntéis que me ha llevado a tardar tanto en comprarlo, porque realmente no lo sé ni yo.

No me gustaría enrollarme con banalidades, así que mejor voy directo al grano y os doy mis primeras impresiones sobre el juego.

La primera buena impresión sobre Splatterhouse vino al darle la vuelta a la caja y leer "El inconfundible sonido de la carne al desgarrarse". Dicha frase generó en mi unas expectativas que desde luego se han visto cumplidas. Si hay algo en los videojuegos que me fascina es la capacidad de desmembrar al enemigo, cuanto más troceable sangriento y desagradable mejor. De joven me lo pasé bomba en Soldier of Fortune mutilando rivales y ya más recientemente haciendo sushi en Ninja Gaiden 2. Cuanto más gore macabro y desagradable sea el juego, mejor. A modo de dato curioso y para que veáis lo raruno que puedo llegar a ser debo deciros que así como en los videojuegos el gore me pierde, en las películas me pasa todo lo contrario, cuanto más gore peor, para que os hagais una idea no he sido capaz de ver una película de Saw más allá de la primera escena con salsa de tomate. 

Pero bueno, al lío que me voy por las ramas. El lunes si no recuerdo mal terminé el cuarto de doce capítulos que trae el juego.

Hasta el momento mis impresiones están siendo más que positivas. Grandes cantidades de sangre y humor negro, mil maneras de acabar con tus enemigos, dificultad bien ajustada, y fases de desarrollo bidimensional, que mantienen la esencia de los Splatterhouse clásicos.

A la hora de acabar con un enemigo hay un detalle que me gustaría resaltar. Cuando le has dado a un rival la estopa suficiente, aparece a su alrededor un borde rojo, si lo agarras en ese momento, haremos una especie de fatality utilizando los sticks analógicos. Para que os hagáis una idea, uno de los que ahora mismo me tengo en mente, consiste en coger al enemigo por la cabeza y mantener los sticks hacia arriba hasta que se la arrancamos. 

Aquí vemos como el bueno de Rick le arranca los brazos a este pobre insensato.

La historia es la misma de siempre, salvar a tu novia Jennifer de las garras del Doctor West, pero vamos, el que se compre Splatterhouse dudo que lo haga por la historia.

A nivel gráfico el juego está bastante bien, no es ningún portento gráfico, pero para mi tampoco resulta un apartado decisivo a la hora de adquirir un juego. Lo que si que puede resultar molesto es algún que otro tironcillo que pega en momentos de mucha aglomeración de enemigos en pantalla.

El control hasta ahora me parece correcto, aunque si bien es cierto, lo he encontrado algo tosco en alguna que otra situación.

A nivel de sonido, encontramos tanto música como efectos acordes al apartado visual. Música cañera, y "el inconfundible sonido de la carne al desgarrarse".

El tema de las armas es otro punto que me ha parecido interesante. El juego clasifica las armas en orgánicas (cabezas, brazos... puedes incluso utilizar tu propio brazo arrancado) y en metálicas (hasta ahora estacas, machetes y tuberías) y cada una tiene un impacto distinto sobre el enemigo que recibe el golpe.

Por último me gustaría destacar que a medida que le van haciendo "pupita" a Rick, no sólo veremos los daños reflejados en la barra, también en su propio cuerpo a modo de mutilaciones, desgarros y arañazos.

Un ejemplo de lo dicho anteriormente

Además y ahora ya sí para terminar, al ir avanzando en el juego, desbloquearemos los Splatterhouse clásicos, que queráis que no, siempre es un detalle de agradecer.

Y hasta aquí señores, mis primeras impresiones sobre la vuelta de uno de mis juegos más queridos de Namco.